Este lunes, los panameños iniciaron una nueva etapa política tras la victoria de José Raúl Mulino en las elecciones presidenciales, quien desde un hotel capitalino, prometió establecer un gobierno de unidad nacional.
A su vez, los panameños recibieron los resultados electorales con incertidumbre y desgano, para quienes las principales preocupaciones son la corrupción, el coste de la vida y el acceso al agua potable.
Mientras el presidente electo tendrá que lidiar con los grandes retos de la corrupción, la migración en la selva del Darién, y la crisis del agua que ha afectado a la economía del país, otros ciudadanos ven con más pesimismo su triunfo.
En una jornada con una participación de más del 76 %, Mulino se impuso sobre el resto de los candidatos con el 33 % de los votos. El abanderado del derechista partido “Realizando Metas” y delfín del expresidente Ricardo Martinelli, gobernará para el período comprendido entre el próximo primero de julio hasta 30 de junio de 2029.
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