El régimen de Israel ha intensificado ataques deliberados a escuelas, hospitales y campamentos de refugiados en el norte de la Franja de Gaza desde hace un mes so pretexto de luchar contra el movimiento de Resistencia palestino HAMAS.
Los jefes de agencias como el fondo para la Infancia (Unicef), el alto comisionado para los refugiados (ACNUR), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) o la agencia para los refugiados palestinos (UNRWA) han denunciado en un comunicado emitido este viernes que los hospitales del norte del enclave “han quedado prácticamente aislados de la llegada de suministros” y que varios pacientes y médicos han muerto por bombardeos israelíes.
Los firmantes dicen que las agresiones del régimen han destruido escuelas que sirven de refugio para miles de desplazados y que las agencias humanitarias han perdido el contacto con responsables de atención a víctimas de abuso sexual.
El ganado y las cosechas se están muriendo y los sistemas de alimentación agrícola “han quedado diezmados” como consecuencia del bloqueo y los bombardeos, agrega la nota y advierte que “la población entera del norte de Gaza está en riesgo inminente de morirse de enfermedades, hambruna o violencia”.
Los responsables de las agencias de la ONU han fustigado la decisión del parlamento israelí de prohibir el trabajo de la UNRWA en los territorios ocupados. Han advertido que la medida “representaría una catástrofe para la respuesta humanitaria en Gaza”, y han pedido que se ponga fin al “flagrante desprecio a la noción básica de la humanidad y a las leyes de la guerra” por parte del régimen sionista.
Desde octubre de 2023, la ofensiva israelí en Gaza ha dejado un saldo de más de 43 259 palestinos muertos y más de 101 827 heridos.
Se estima que miles de personas podrían estar sepultadas bajo los escombros, inalcanzables para los valientes equipos de rescate y defensa civil.
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