Decenas de palestinos participaron en la protesta que tuvo lugar en la tarde de viernes para reiterar su rechazo a la ampliación de los asentamientos ilegales israelíes y el muro de separación, más conocido como el muro del apartheid, que limita la libertad de movimientos de los habitantes de Ramalá, centro de Cisjordania.
Las fuerzas israelíes, como de costumbre, arremetieron contra los manifestantes con gases lacrimógenos, balas de goma y bombas de sonido, dejando heridos a decenas de ellos.
Según los testigos, los soldados israelíes además prendieron fuego a varias plantaciones de olivo pertenecientes a agricultores palestinos.
Los manifestantes, que portaban banderas de Palestina, pidieron también la puesta en libertad de todos los presos políticos y llamaron a resistir hasta la liberación de los territorios ocupados palestinos.
El régimen de Israel indiferente a las criticas siempre reprime las marchas pacificas de los palestinos que rechazan los asentamientos ilegales israelíes en Cisjordania.
Más de de medio millón de israelíes viven en unos 120 asentamientos ilegales construidos desde la ocupación de los territorios palestinos en 1967 en Cisjordania, incluido Al-Quds (Jerusalén).
En base a las cifras de la ONU, más de 700.000 de palestinos se vieron desposeídos de sus hogares y de sus raíces con la ampliación de estos asentamientos ilegales y sus descendientes (hoy más de cinco millones repartidos en su mayoría entre Gaza, Cisjordania, Jordania, Siria y El Líbano) han heredado una historia de exilio y desplazamiento.
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