Los ejercicios, llamados Espadas de Karameh, tuvieron lugar el 25 de noviembre simulando una maniobra defensiva en la que el país árabe supuestamente era “invadido” por el ejército israelí.
A estas pruebas militares asistieron el rey Abdolá II, el primer ministro Omar al-Razzaz y varios otros altos funcionarios jordanos, según informan los medios locales.
La maniobra es llamada así por la operación de Israel en 1968 contra al Movimiento Palestino de Liberación Nacional (Al-Fatah) que tuvo lugar cerca de la aldea jordana de Karameh, y en la que el Ejército jordano luchó junto con Al-Fatah, señaló el Instituto de Investigación de los Medios de Comunicación de Oriente Medio (MEMRI, por sus siglas en inglés).
El sitio web jordano Rumonline dice que “a la luz del deterioro de las relaciones con la entidad ocupante (israelí) y el tono cada vez más duro de las declaraciones con respecto a Jordania (…) parece que libraremos una ‘batalla fría’ con el ocupante en un futuro cercano”.
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A la luz del deterioro de las relaciones con la entidad ocupante (israelí) y el tono cada vez más duro de las declaraciones con respecto a Jordania (…) parece que libraremos una ‘batalla fría’ con el ocupante en un futuro cercano”, según afirma el sitio web jordano Rumonline.
A principios de este mes de noviembre, el rey Abdolá II anunció que el arrendamiento de dos áreas de tierra, es decir Naharayim y Zofar, en virtud de un acuerdo bilateral ha finalizado, y Jordania recupera la “soberanía plena” sobre estas dos regiones.
Según el tratado de paz firmado en 1994 entre Jordania y el régimen de Tel Aviv —conocido como Wadi Araba— las dos regiones de Naharayim y Zofar fueron alquiladas por un periodo renovable de 25 años. El acuerdo permitió que Israel usara las dos áreas en el Valle del Jordán, que pertenece a Amán.
Anteriormente, Israel había amenazado a finales de octubre pasado con cortar el agua a Jordania y advirtiendo que los jordanos “sentirán sed” si Amán procede con la decisión del rey de terminar el contrato de arrendamiento.
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