Una realidad que se intensifica, a pesar de una opinión mayoritaria mundial de sociedades y organismos internacionales que demanda el fin de los asesinatos del ocupante israelí contra Palestina. 33 mil asesinados, entre ellos 15 mil niños (as) bajo una lluvia de balas, bombas, destrucción de escuelas, hospitales, viviendas. Una política de aniquilación que ha convertido a la Franja de Gaza, no sólo en el campo de concentración más grande del mundo, donde se hacinan 2.3 millones de palestinos, sino también en un cementerio como prueba de la perversidad de un régimen que declara públicamente, a través de políticos, civiles, militares y sus líderes de opinión que es necesario “exterminar a todo palestino mayor de cuatro años” aunque cientos de muertes sean recién nacidos y pequeños. Una política genocida propia de una sociedad delirante, perversa, racista, criminal.
Esta política de solución final, al estilo de aquella planteada por el nacionalsocialismo alemán bajo Hitler en la Conferencia de Waansee del año 1942 (1), en plena Segunda Guerra Mundial (SGM) para dar un corte definitivo a lo que denominaban la “cuestión judía” tiene hoy su correlato en forma fundamental en la Franja de Gaza, pero también en Cisjordania donde la acción de los grupos de exterminio militares del ejército SS – soldados sionistas – se unen a los Einsatzgruppen (2) conformados por el Shin Bet – Shabak en hebreo que constituye los servicios secretos israelíes del interior- Aparatos de represión y muerte al que debemos unir el llamado Aman, que es la inteligencia militar adscrita, fundamentalmente, al ejército las fuerzas ocupantes militares israelíes (tierra, aire, mar) y que opera en los comandos militares en los cuales el régimen infanticida sionista divide Palestina: Comando israelí Central, Comando israelí Norte, Comando israelí Meridional. Comando Interior.
En este marco de una sociedad belicista donde los conceptos de racismo, odio a los Goyim – no judíos – segregación y mentalidad supremacista, los mencionados Einsatzgruppen están conformados por militares en retiro y colonos paramilitares armados hasta los dientes, lo más extremista de una sociedad de por si fanática y mayoritariamente cómplice de los crímenes cometidos contra el pueblo palestino, formalmente como israelíes desde el 14 de mayo de 1948, cuando se crea artificiosamente una entidad que llamarón Israel. El objetivo en Palestina es ampliar el “espacio vital” sionista implica arrasar con aldeas, pueblos, demoler viviendas, seguir construyendo el muro de apartheid, confinar a la población palestina, expulsara cientos de miles de seres humanos de sus hogares y como expresión de la bestialidad que implica el nacional sionismo exterminarlos por decenas de miles, herirlos y enterrarlos vivos bajo miles de toneladas de escombros, ocasionadas por el lanzamiento de al menos 80 mil toneladas de bombas – 4 veces la cantidad explosivos lanzados sobre Hiroshima en Japón en la SGM.
La realidad de esta barbarie de crímenes de guerra y lesa humanidad muestra en forma indiscutible que nos encontramos ante un genocidio de proporciones y efectos monstruosos. Una política de terrorismo y una conducta criminal llevada a cabo contra el pueblo palestino con el beneplácito, apoyo protección de total impunidad, de Estados Unidos y sus socios de Europa, pero también con la complicidad vergonzosa de monarquías y gobiernos árabes, que hincan su rodilla para seguir usufructuando de las riquezas naturales de sus territorios hipotecados al apetito insaciable de un occidente que suele desgarra vestiduras en forma hipócrita sobre la defensa de los derechos humanos pero es sordo, ciego y mudo cuando se refiere a actuar contra su hijo putativo como es el nacionalsionismo.
Pero la constatación no basta, el diagnóstico respecto al carácter criminal de la entidad sionista lo conocemos incluso antes del nacimiento de este régimen en mayo del año 1948. Este panorama hace imposible pensar en la posibilidad de la famosa idea de generar una política de dos estados. Incluso en pensar en llevar adelante un proceso de negociación que conducta a esa prostituida palabra como es la paz. No hay posibilidad alguna de negociación con el nazisionismo porque su objetivo es la completa eliminación de todo rastro que signifique dar aire al pueblo palestino. La única solución posible para Palestina, la región de Asia occidental e incluso nuestros países es la completa eliminación del sionismo. El fin de esta ideología racista, criminal, supremacista como lo sostuvo incluso la resolución N° 3379 del año 1975 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
No es posible aceptar la presencia en el seno de las relaciones entre países la presencia de una sociedad cuya ideología, cuya visión de mundo desprecia a todo aquel denominado como Goyim – como no judíos – que busca el supremacismo, la expansión sin freno, el exterminio del otro bajo consideraciones de clasificarlo como subhumano, bestia, que llama a la eliminación de las mujeres y niños para impedir su desarrollo como sociedad. No puede existir la puesta en práctica de conceptos como olvido y perdón, para un régimen que administra una sociedad que no se opone a los crímenes, que visualiza a los habitantes originales de la tierra que ocupan y colonizan, como blanco de ataques criminales.
En este plano resulta esencial comenzar a levantar la idea, que se convierta en una decisión concreta que permita juzgar como criminales de guerra y responsables de crímenes de lesa humanidad a la jerarquía civil y militar sionista. Al estilo de los Tribunales de Nuremberg y Tokio tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Hacer carne lo que los propios familiares y sobrevivientes del genocidio nacionalsocialista alemán tomaban como referente de justicia, establecido por ejemplo en el juicio del Tribunal Militar en el caso N°9 en Nuremberg al definir los efectos de la política de crímenes del Tercer Reich – con enorme similitud a la que ejecuta hace 76 años la entidad israelí “la locura gobernaba, el odio avanzaba, el cielo estaba rojo de la llamas de la destrucción y el mundo lloraba – y llora todavía silenciosamente“.
La dificultad mayor con el exterminio que se comete contra el pueblo palestino es que el mundo llora, mayoritariamente, pero…de nada sirve llorar, ni lamentarse, como tampoco sólo denunciar porque los muertos se suman día a día, la destrucción es imparable, el dolor y la hambruna se imponen. Incluso, los gobiernos aliados y protectores del nacionalsionismo dan nuevas fuerzas para que ese plan de solución final, versión sionista, siga su marcha impune. Esto, a pesar de resoluciones de un Consejo de seguridad de la ONU que no aplica las medidas que la propia Carta de las Naciones Unidas establece, como es el caso del capítulo VII (3) que determina tomar “acción en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión” que es exactamente la conducta llevada a cabo por el ente infanticida israelí. Una amenaza no sólo con Palestina, sino al conjunto del Levante mediterráneo, Asia Occidental e incluso a regiones tan lejanas como Latinoamérica donde la presencia e influencia de esta ideología de odio, corrupción y crimen resulta nefasta.
Pablo Jofré Leal
Artículo para Hispantv
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- El 20 de enero de 1942, en una mansión de Wannsee, al suroeste de Berlín, quince miembros del gobierno de Adolf Hitler acordaron en solo 90 minutos el plan organizativo de la "Solución Final al Problema Judío". "La decisión para el asesinato sistemático ya fue tomada antes, supuestamente en algún momento del otoño de 1941. Ya existían todos los elementos que son parte del asesinato sistemático: los fusilamientos en masa, las deportaciones, también los primeros campos de exterminio ya existen". Señala en el artículo que se consigna, la d irectora del departamento educacional de la Casa de la Conferencia de Wannsee, la doctora Elke Gryglewski. https://www.publico.es/sociedad/holocausto-nazi-plan-final-holocausto-reunion-90-minutos.html
- Einsantzgruppen – Equipos móviles de matanza en alemán -Escuadrones de asesinos, formados con los más execrable de las distintas formaciones militares del tercer Reich y de aquellos civiles decididos a escalar en las posiciones de ese régimen a punta de asesinatos, bajo las formas más crueles y execrables. Ya sea contra prisioneros soviético, prisioneros políticos, europeos de creencia judía, gitanos, entre otros. Podemos definirlos como escuadrones de la muerte, como aquellos que actuaban en las dictaduras militares latinoamericanas, formadas y entrenadas incluso por miembros del Mossad israelí como sucedió en la década de los 70, 80 y 90 del siglo XX en El Salvador Guatemala, Colombia, fundamentalmente. Conductas, acciones y políticas que son practicadas en tierras palestinas por el ocupante nacionalsionista Para más antecedentes sobre el sionismo y paramilitares en Latinoamérica es interesante visitar, entre otros artículos https://www.cronicadigital.cl/2019/09/29/124564/
- Carta de las Naciones Unidas, Capítulo VII: Acción en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión. https://www.un.org/es/about-us/un-charter/chapter-7