Más tensión en la disputada región de Cachemira tras el atentado mortal contra un convoy de las fuerzas de seguridad indias cuya autoría fue asumida por un grupo militante con sede en Paquistán. Los indios, indignados, salieron a las calles, corearon consignas contra el país vecino y quemaron una figura de su premier, Imran Jan.
Los manifestantes acusaron a Islamabad de ser un caldo de cultivo para el terrorismo con llamamientos a vengarse, pidieron al Gobierno una respuesta más firme y adecuada, y que cortara todos los lazos con el vecino.
La India dice que tiene “pruebas incuestionables” de la implicación de Paquistán en el último ataque con coche bomba que mató a 44 paramilitares en Cachemira. El premier indio, Narendra Modi, advirtió a Islamabad de una firme respuesta.
La Cancillería paquistaní, por su parte, niega las acusaciones de Nueva Delhi de apoyar a los grupos militantes, que reivindicó el atentado y señaló que lo ocurrido es objeto de seria preocupación.
La India y Paquistán se disputan la región desde su independencia en 1947 y se han enfrentado en dos guerras a causa de este territorio en el Himalaya. Ahora queda por ver hasta qué punto el reciente ataque puede aumentar la tensión entre los dos rivales nucleares.
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