“El gas iraní es adecuado para Irak y su precio es aceptable. Necesitaremos gas iraní durante años”, recalcó el lunes el ministro iraquí de Electricidad, Adel Karim.
Tras admitir que el costo de conectar la red eléctrica de Irak a las de los países árabes del Golfo Pérsico es muy alto, Karim señaló que Bagdad no está de acuerdo con los precios de la energía de los Estados árabes del Golfo Pérsico.
Al respecto, aludiendo a los acuerdos con Catar, Turquía y Arabia Saudí, enfatizó que el Gobierno iraquí aún no ha llegado a un consenso con el trío, especialmente los países árabes, sobre los precios de la energía.
En febrero, los ministros de petróleo de Irán e Irak discutieron la cooperación en el campo de la energía, incluidas las formas de mejorar las exportaciones de gas a Irak y el pago de la deuda de Bagdad con Teherán.
Irak depende en gran medida de la energía de Irán para sus centrales eléctricas. Necesita más de 35 000 megavatios de electricidad al año para satisfacer sus necesidades domésticas, pero los años de guerra que siguieron a la invasión estadounidense han dejado su infraestructura eléctrica destrozada.
EE.UU. —descontento con la estrecha relación y el comercio entre Bagdad y Teherán— ha presionado a Irak para que sea menos dependiente del gas y la electricidad de Irán; sin embargo, los funcionarios iraquíes han aclarado que no hay un sustituto fácil para las importaciones de Irán porque llevaría años construir adecuadamente la infraestructura energética de Irak.
Irán ha seguido exportando energía a Irak a pesar de las sanciones ilegales de Washington. De hecho, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, señaló a finales del pasado febrero que el país persa, al poseer una de las mayores reservas de gas natural en el mundo, tiene alta capacidad para producir, transferir y exportar gas, y puede jugar un papel más activo en el suministro de energía a nivel mundial”.
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