La propuesta obtuvo el miércoles el voto negativo de 288 diputados frente a otros 139 que estaban a favor de esta resolución que determinaba el fin del año como la máxima fecha para la retirada de los militares.
La medida fue elaborada por los demócratas Jim McGovern y Barbara Lee y el republicano Walter Jones, quienes mediante esto estaban en busca de presionar al Congreso por no haber autorizado formalmente el uso de la fuerza en la denominada campaña contra el grupo terrorista extremista EIIL (Daesh, en árabe).

“Si el Congreso hubiera cumplido con sus responsabilidades, no habría sido necesario ser tan terminante”, denunció McGovern.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, autorizó el pasado jueves desplegar a otros 450 soldados estadounidenses en Irak para mejorar la capacidad y la eficacia de las fuerzas de la denominada coalición anti-Daesh para combatir contra los terroristas en el país árabe sin que eso fuera debatido ni votado por los congresistas.
El nuevo contingente se suma a otros 3100 militares estadounidenses que se encuentran en el territorio iraquí y se instalará en la base aérea de Taqadum, supuestamente para recuperar el control de Ramadi, capital de la provincia de Al-Anbar (oeste), que está en manos de Daesh.

El belicismo de Washington en Irak contraviene la postura de algunos políticos iraquíes. El pasado 22 de marzo, el secretario general de la organización iraquí Badr, Hadi al-Ameri, reiteró que el pueblo iraquí no necesita de los ataques aéreos de Estados Unidos para liberar la ciudad de Tikrit, capital de la provincia central de Salah al-Din.
En reiteradas ocasiones, los estadounidenses, quienes supuestamente deben estar bombardeando a los terroristas, han enviado armas o han atacado “por error” a las fuerzas iraquíes. Recientemente también derribaron a un caza iraquí.
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