Los franceses no abandonaron la madrugada de este lunes las calles en la sexta jornada de protestas consecutiva por el asesinato de Nahel Marzouk, de 17 años, a manos de la policía francesa, asistiendo a las manifestaciones en todo el país.
Los indignados prendieron fuego a un automóvil en la zona de Fontaine d’Ouche, en la ciudad oriental de Dijon.
Además, ocurrió una gran explosión en una de las áreas de la ciudad de Estrasburgo (noreste) y se produjo otro gran incendio cerca de la ciudad de Lyon (sureste).
Las fuerzas policiales continuaron ampliamente desplegadas en las calles de París, la capital, desde la noche de domingo para restablecer la paz.
El Gobierno intensificó las medidas de seguridad y restringió el acceso a Internet en algunas zonas del país desde la última hora del domingo, lo que provocó que los manifestantes en esas ciudades desconocieran las convocaciones y no salieran a las calles.
En la sexta noche de protestas en Francia, los activistas de grupos de extrema derecha tomaron medidas contra los manifestantes y, marchando en áreas como las calles de Lyon, pretendieron ayudar a las fuerzas militares a restablecer la paz. Durante la marcha gritaron: “Azul, blanco, rojo; ¡Francia para los franceses!”.
La Policía y agentes antimotines han detenido a más de un millar de manifestantes durante las masivas protestas contra el racismo y la violencia policiales en Francia.
En lugar de escuchar los reclamos de los indignados, el presidente Emmanuel Macron ha acusado a los manifestantes de “instrumentalizar” la muerte de Nahel y apunta contra las redes sociales para detener las protestas.
El subdirector del departamento de operaciones de la policía israelí, Shimon Nahmani, reveló durante una discusión con el comité de seguridad nacional, que su homólogo galo había pedido ayuda para hacer frente a las protestas en Francia, según informó el domingo el portal Israel Hoyum.
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