“Inaceptable (…) una ausencia de acuerdo nunca será la opción de la Unión Europea (UE), pero todos debemos estar preparados para todos los escenarios”, dijo el jueves el jefe negociador del Brexit para los Veintiocho, Michel Barnier.
Barnier, reaccionó así a las declaraciones del recién electo Boris Johnson —en su primera comparecencia como primer ministro en el Parlamento británico— en las que que consideró como “inaceptable” para su país el acuerdo de retirada entre la UE y Theresa May, pidiendo sentarse a hablar con los responsables del bloque de nuevo “en cualquier momento y lugar”.
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Por su parte, el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, indicó ese mismo día que lo pactado entre Londres y Bruselas durante el liderazgo de May es “lo mejor y lo único possible”.
Asimismo, la secretaria de Estado francesa de Asuntos Europeos, Amélie de Monchalin, ha advertido este viernes a Johnson que el convenio ya existente no es renegociable, pues “no se impuso como una obligación a los británicos”.
Inaceptable (…) una ausencia de acuerdo nunca será la opción de la Unión Europea (UE), pero todos debemos estar preparados para todos los escenarios”, dice el jefe negociador del Brexit para los Veintiocho, Michel Barnier, rechazando la propuesta de nuevo acuerdo de Brexit del recién electo primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson.
Desde Alemania, Norbert Röttgen, el jefe de la Comisión de Asuntos Exteriores en el Parlamento alemán, alertó el jueves que Bruselas no se dejará influenciar por “los discursos jactanciosos y la intimidación” de Johnson y que nunca “renunciará a sus principios y su unidad”.
Efectivamente, Johnson había subrayado durante la campaña a la sucesión de Theresa May su intención de renegociar el acuerdo de Brexit y sacar a su país del bloque el 31 de octubre, sin un pacto.
En su discurso ante el Parlamento, Johnson aludió entre los puntos “inaceptables” del refrido acuerdo a la “salvaguarda irlandesa”, señalando que esta política deberá ser abolida en un nuevo acuerdo de Brexit.
La “salvaguarda irlandesa” es una política de garantías que busca impedir el regreso de una frontera dura entre la República de Irlanda, miembro de la UE, e Irlanda del Norte.
De acuerdo con los analistas y observadores, los 60 000 millones de euros (cerca de 67 000 millones de dólares) que la UE dice que deberá pagar Londres al salir del bloque, podría ser otro motivo de Johnson para oponerse al pacto ya establecido con su antecesora.
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