El Ministerio de Defensa español, dirigido por María Dolores de Cospedal, contará para este año con una dotación de 8086,70 millones de euros, un 6,9 por ciento más que los 7561,23 millones que obtuvo en 2017.
Esta cifra no incluye las partidas que se destinan a las misiones en el exterior, y si se incluyen, el gasto de España en defensa en el año 2018 alcanza un total de 9255,9 millones de euros, el 0,92 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), y 554,8 millones más que en 2017, lo que supone un incremento del 6,38 por ciento respecto al ejercicio anterior.
El grueso del presupuesto de Defensa corresponde a gastos de personal, pero los programas especiales de armamento reciben 2164 millones de esta cifra.
El Ministerio de Defensa justifica que con este presupuesto pretende mantener las capacidades operativas “mínimas e imprescindibles” de las Fuerzas Armadas para cumplir las misiones y ejecutar los compromisos adquiridos tanto con sus socios internacionales como por la participación de España en grandes proyectos de armamento y material.
Resalta el papel de España como una nación “comprometida con la seguridad y la paz internacional”, por lo que argumenta que Defensa mantendrá el propósito de disponer de “las herramientas y capacidades necesarias para hacer frente con eficacia a los riesgos y amenazas” de su entorno.
Sin embargo, Madrid fracasa en cumplir con los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que alcanzaron en 2014 en la Cumbre de Gales el compromiso de llegar al 2 por ciento del PIB en gasto en defensa en una década.
En un ambiente en el que el principal contribuyente de la Alianza Atlántica, EE.UU. está presionando a sus aliados para que incrementen sus contribuciones, España ha anunciado que espera poder dedicar cerca del 1,53 por ciento del PIB en el año 2024.
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