Según informó la Agencia Nacional de Noticias del Líbano (NNA), “los ataques israelíes tuvieron como objetivo Najjariyeh y Addousiyeh”, dos aldeas adyacentes a la ciudad sureña de Sidón, a unos 30 kilómetros de la frontera con Israel.
El Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) anunció que uno de sus combatientes fue asesinado en los ataques, mientras que la NNA identificó a los niños muertos como Osama y Hani al-Jaled, de nacionalidad siria.
Por su parte, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) denunció en X que “dos niños murieron en un ataque aéreo en el sur del Líbano”, reiterando que “la protección de los niños es una obligación bajo el derecho humanitario internacional”.
Más tarde, el viernes, una fuente cercana al Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) anunció el asesinato de uno de sus funcionarios locales en un bombardeo israelí en un distrito oriental del Líbano, cerca de la frontera siria.
Sharhabil Sayed, un funcionario de HAMAS en el valle de Bekaa, “fue asesinado en un ataque israelí que tuvo como objetivo su vehículo”, dijo una fuente cercana al movimiento palestino.
En represalia por el ataque a Najjariyeh, Hezbolá lanzó 50 cohetes Katyusha contra una base israelí y anunció más ataques transfronterizos, incluidos otros con cohetes.
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