En sus primeras palabras, reiteró la necesidad de la unidad nacional y de dejar de lado las diferencias entre las facciones políticas para afrontar los problemas económicos.
Además, enfatizó en la unidad de los musulmanes del mundo y aumentar la cooperación y fortalecer las relaciones entre los países islámicos.
Pezeshkian condenó la sistemática entrega de armas al régimen israelí, por parte de EE.UU. y los aliados occidentales del régimen. También rechazó los alegatos sobre la entrega de misiles hipersónicos por parte de Irán a Yemen para utilizarlo en el ataque a Tel Aviv.
Conforme a Pezeshkian, Israel buscó, mediante el asesinato del jefe de HAMAS, Ismail Haniya, en Teherán, arrastrar a Irán a una guerra regional.
Sobre los lazos internacionales, el mandatario persa también dejó claro que Irán necesita crear un mercado libre para la inversión extranjera, destacando la cooperación de su gobierno con los países vecinos y de la región.
En cuanto a las relaciones con el Occidente y EE.UU., el presidente puntualizó que Washington debe demostrar primero sus buenas intenciones. Y que Irán nunca aceptará la intimidación.
Sobre el enriquecimiento del uranio, Pezeshkian ha reiterado que Irán ha cumplido con los compromisos asumidos en cuanto a su programa nuclear pacífico, pero la contraparte no lo hizo, no obstante, si ellos cumplen con sus obligaciones, Irán siempre está dispuesto a sentarse a la mesa del diálogo.
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