“Cerca de 300 000 personas han tenido que abandonar sus hogares en la ciudad capitalina después de los estallidos en el puerto”, así ha reportado este miércoles el gobernador de Beirut, Marwan Abud, citado por la cadena local de noticias Al-Mayadeen.
La explosión tuvo lugar el martes por la tarde en la zona portuaria de Beirut, con poco tiempo de diferencia y dejó un saldo de un centenar de muertos y otros 4000 heridos, según indican los informes oficiales.
El gobernador de la ciudad ha detallado que 10 rescatistas fallecieron en este incidente mortal. Además, ha estimado entre 3 000 y 5 000 millones de dólares los daños materiales.
Anteriormente, Marwan había anunciado que la explosión ha afectado a aproximadamente la mitad de la ciudad. El alto funcionario ha calificado también el siniestro como “un desastre nacional parecido a Hiroshima”.
De momento, se desconoce la causa principal de este incidente mortal, pero unas conclusiones preliminares, ofrecidas por las autoridades libanesas, señalan que el origen de la enorme explosión se debe a los miles de toneladas de nitrato de amonio que fueron almacenadas en una bodega del puerto de la capital desde 2014.
El Servicio de Seguridad Nacional de El Líbano ha anunciado que había advertido anteriormente a la autoridad portuaria sobre el peligro del almacenamiento inadecuado del nitrato de amonio y les pedía tomar medidas para prevenir cualquier emergencia, incluida una explosión.
“Hace cinco meses, la seguridad nacional había exigido iniciar una investigación por la permanencia de los explosivos en el hangar número 12 en el puerto de Beirut”, según ha comunicado el organismo, citado este miércoles por la cadena local OTV.
El primer ministro libanés, Hasan Diab, declaró que no estará “satisfecho” hasta que encuentre a los responsables, al tiempo que califica de “inaceptable” una gran cantidad de nitrato de amonio sean almacenadas en este lugar sin medidas de seguridad.
El Gobierno libanés ha declarado el estado de emergencia por grave situación causada por esta fuerte explosión y ha anunciado una investigación para que los responsables respondan por lo sucedido.
La explosión fue tan fuerte que sacudió varias partes de la capital. A kilómetros de la escena de la explosión, se derribaron balcones, se derrumbaron techos y se rompieron las ventanas.
En este sentido, el presidente libanés, Michel Aoun, ha dado instrucciones a todas las Fuerzas Armadas del país para que trabajen para lidiar con las repercusiones de la gran explosión, patrullar los distritos afectados de la capital y los suburbios para controlar la seguridad.
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