Las seis monarquías árabes del Golfo Pérsico han añadido este miércoles oficialmente a Hezbolá —que lucha contra las bandas terroristas activas en Siria y contra la ocupación israelí—, a sus facciones y asociados a una lista de organizaciones a las que consideran “terroristas”.
El CCG acusa a Hezbolá y sus grupos asociados de cometer “actos de agresión”, reclutar a “la juventud” en sus Estados miembros, hacer contrabando de “armas y explosivos”, instigar la “sedición” y propagar “el caos y la violencia”.
(Tales actividades dentro de los Estados miembros del CCG, así como en Siria, Yemen e Irak) son incompatibles con los valores y principios morales y humanitarios y con el derecho internacional, y constituyen una amenaza para la seguridad nacional árabe”, subraya el comunicado del CCG.
La noticia ha sido dada a conocer mediante un comunicado del secretario general de dicho ente, Abdul Latif bin Rashid al-Zayan, que sin embargo no presenta prueba alguna que sustente las acusaciones.
(Tales actividades dentro de los Estados miembros del CCG, así como en Siria, Yemen e Irak) “son incompatibles con los valores y principios morales y humanitarios y con el derecho internacional, y constituyen una amenaza para la seguridad nacional árabe”, dice la nota.
El texto del CCG —compuesto por Arabia Saudí, Baréin, Catar, los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Omán y Kuwait— especifica que la mencionada designación incluye, además de Hezbolá, a todos sus líderes, fracciones y asociados.
Un día antes de esta decisión, el secretario general del Hezbolá, Seyed Hasan Nasrolá, había denunciado una nueva fase de la guerra psicológica que Arabia Saudí libra contra su país. “Tras la suspensión del apoyo militar a El Líbano (por parte de Riad), se ha desencadenado una ola de ataques políticos y campañas propagandísticas contra el país, orquestada en gran medida por Arabia Saudí y algunos países del Golfo (Pérsico)”, denunció.
La más reciente medida del bloque regional contra Hezbolá, que lucha contra los terroristas en Siria junto al Ejército sirio, viene después de que Riad suspendiera mes pasado el apoyo que iba a dar a las fuerzas de seguridad libanesas, en forma de una donación de 4 mil millones de dólares.
Nada más anunciarse el cese del apoyo militar saudí a El Líbano, el ministro de Defensa libanés, Samir Moqbel, expresó su esperanza de que la República Islámica de Irán vuelva a ofrecer ayuda militar a Beirut.
Arabia Saudi, enfurecida por el acercamiento entre Irán y El Líbano, arremetió en la última reunión del CCG contra Beirut solicitando la aplicación de fuertes sanciones económicas y políticas, entre ellas que los países miembros del bloque exijan a sus ciudadanos abandonar el territorio de El Líbano y prohíban los viajes a ese país.
El pasado 26 de febrero, el régimen de los Al Saud (familia que rige Arabia Saudí) puso en la lista negra a cuatro empresas y tres individuos libaneses por sus presuntos lazos con Hezbolá, e impuso sanciones contra ellos. Además, amenazó con expulsar a los ciudadanos libaneses presentes en su territorio.
Cabe mencionar que las acusaciones del CCG y Arabia Saudí contra Hezbolá se producen cuando el Gobierno de Siria ha hecho hincapié en reiteradas ocasiones en que algunos integrantes del organismo en cuestión, como Arabia Saudí, brindan todo tipo de apoyo a los grupos terroristas que luchan contra el Ejército y el pueblo sirios.
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