Así respondió el premier libanés, Tammam Salam, en una entrevista concedida al medio Sky News, en respuesta a la pregunta de cómo este país puede liberarse de la sombra del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá).
Salam aseguró que el Gobierno de Beirut no busca eliminar a Hezbolá, por el contrario, trata de encontrar las vías para aprovechar de su presencia en el panorama político a favor de los intereses de El Líbano, como una base fundamental de la resistencia tanto en el Parlamento como en el Ejecutivo.
Por ello, agregó Salam, el Gobierno libanés está tratando de llegar a un entendimiento con Hezbolá a fin de unificar posturas con el objetivo de reforzar la situación política interna que vive el país árabe.
Salam enfatizó que El Líbano no busca crear enemistades en el contexto nacional, sino intenta relajar las tensiones y las diferencias existentes y lamentó que hasta ahora no se haya alcanzado tal objetivo para luchar contra el enemigo israelí.
En otra parte de su entrevista, el jefe del Gabinete libanés recordó que, en declaraciones publicadas por un medio extranjero, había manifestado que Irán, como un potencia regional, es un país amigo que al igual que otros Estados del área tiene una gran influencia tanto en el Gobierno como en la independencia de El Líbano.
Este reconocimiento provocó la furia de Arabia Saudi, que en la última reunión del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG-integrado por países árabes ribereños del Golfo Pérsico), arremetió contra Beirut solicitando la aplicación de fuertes sanciones económicas y políticas, entre ellas que los países miembros del bloque exijan a sus ciudadanos abandonar el territorio de El Líbano y prohibir los viajes a este país, además, Riad amenazó con expulsar a los ciudadanos libaneses.
krd/ncl/msf