A través de un fallo escrito desprecintado, la magistrada Sarah Netburn, ordenó el jueves por la noche que Arabia Saudí ponga a disposición a miembros de la familia real y otros testigos saudíes, funcionarios y exfuncionarios, así como un exembajador en EE.UU., para que presten declaración.
Arabia Saudí había rechazado este mismo caso, abordado por otro juez, en mayo de 2018, y actualmente este reclamo va a seguir la llamada anterior, en el marco del cual las familias de las víctimas de los atentados del 11-S, al igual que decenas de miles de personas que sufrieron lesiones, empresas y aseguradoras, buscan miles de millones de dólares en recompensación por daños.
Entre los miembros de la familia real que pueden ser interrogados se encuentra el príncipe saudí Bandar bin Sultán, exjefe de inteligencia de Arabia Saudí y quien fuera embajador en Estados Unidos de 1983 a 2005, según los documentos judiciales.
La magistrada dijo que los materiales de los querellantes indican que “probablemente (el príncipe saudí) tiene conocimiento de primera mano” del papel desempeñado por un funcionario que “fue asignado por el Reino y la cobertura diplomática proporcionada a los propagadores” que trabajaban en Estados Unidos.
El viernes Jim Kreindler, abogado de las víctimas, dijo que se desconoce cómo y cuándo los testigos presentarán su declaración, pero el fallo significa que: “podemos comenzar a descubrir lo que saben”, además consideró esta decisión como un “gran avance”, puesto que Riad había presentado poca documentación sobre sus funcionarios que trabajaban en el país norteño antes de los ataques.
El 11 de septiembre de 2001, el grupo terrorista Al-Qaeda logró hacerse con el control de cuatro aviones: dos se estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York y otro contra el edificio del Departamento de Defensa (el Pentágono). El cuarto aparato se estrelló en el estado de Pensilvania (noreste). Los atentados dejaron alrededor de 3000 muertos.
Algunos familiares de los fallecidos de este ataque afirman que agentes de Arabia Saudí apoyaron a sabiendas a Osama bin Laden, el entonces líder de Al-Qaeda, además, las investigaciones del Buró Federal de Investigaciones de EE.UU. (FBI, por sus siglas en inglés), es otra muestra que oficiales del Gobierno saudí estuvieron involucrados en estos ataques.
nsr/ktg/myd/mkh