De acuerdo con el Ministerio de Defensa taiwanés, el jueves, un grupo naval de la Armada china, encabezado por el primer portaviones de fabricación nacional Shandong, cruzó el aludido estrecho, vía marítima que separa la China continental de la isla autogobernada de Taiwán, cuya soberanía reclama Pekín.
El suceso no solo provocó la reacción de los funcionarios taiwaneses, sino que el Departamento de Estado de EE.UU. emitió una declaración este viernes pidiendo a China que “se abstenga de la coerción que pondría en peligro la seguridad, o el sistema social o económico del pueblo de Taiwán”, según el diario South China Morning Post.
“Alentamos a las autoridades de Pekín y Taipéi a entablar un diálogo constructivo que busque una resolución pacífica de las diferencias aceptables para las personas de ambos lados del estrecho de Taiwán”, apostilla el texto.
Conforme al reporte del diario chino, EE.UU. ha dicho que “tiene un interés profundo y permanente en la paz y la estabilidad a lo largo y ancho del estrecho” y ha asegurado que, para Washington, “Taiwán es un socio confiable, un modelo a seguir de democracia y una fuerza para el bien en el mundo”.
El pasado viernes, el presidente chino, Xi Jinping, criticó las recientes declaraciones de la Administración de EE.UU. sobre Taiwán, Hong Kong, Xinjiang y el Tíbet por “constituir una interferencia en los asuntos internos y socavar los intereses de China y por no estar en línea con la confianza bilateral mutua”.
Pekín considera a Taiwán parte integrante de su territorio y casi todos los países, incluido EE.UU., reconocen la soberanía china sobre el gobierno autónomo de Taiwán. A pesar de esto, Washington ha cortejado a Taipéi para hacer frente a China.
El gigante asiático se opone a cualquier cooperación militar entre la isla y EE.UU., ya que considera que las operaciones de navegación estadounidenses en el estrecho de Taiwán son una provocación y denuncia que fortalecen la agenda separatista de la isla.
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