“Si Irán realizó este último ataque para presionar al presidente Trump y obligarle a ceder, fracasará, América está lista para defender sus intereses”, ha advertido el vicepresidente estadounidense, Mike Pence.
El Gobierno estadounidense acusa a Irán de ser responsable del ataque con drones a dos instalaciones vitales de la petrolera saudí Aramco y que redujo a la mitad la producción total de crudo de dicha petrolera.
Aventurando que Irán, con dicho ataque, pretendía obligar a Trump a ceder, promete “que bajo la presidencia de Donald Trump, EE.UU. mantendrá su dominio energético, mantendremos nuestro ímpetu hacia la independencia energética y Estados Unidos tomará cualquier medida necesaria para proteger a nuestro país, nuestros soldados y aliados en el Golfo” Pérsico.
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También ha anunciado que el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, viajará a Arabia Saudí para hablar acerca del ataque, y en los próximos días el mandatario norteamericano determinará el mejor curso de acción. La comunidad de inteligencia estadounidense sigue trabajando diligentemente para revisar las pruebas, explica.
Si Irán realizó este último ataque para presionar al presidente [de EE.UU., Donald] Trump y obligarle a ceder, fracasará, América está lista para defender sus intereses”, ha advertido el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, en alusión al ataque del Ejército yemení a dos instalaciones vitales de la petrolera saudí Aramco.
Aunque el movimiento popular yemení Ansarolá se atribuyó abiertamente la responsabilidad del ataque del sábado a Aramco e Irán negó toda implicación, Washington insiste, contra toda lógica, en la culpabilidad de de este último país. Incluso aun cuando Arabia Saudí ha admitido este mismo martes que desconoce quién está detrás de los ataques a sus instalaciones.
El mercado reaccionó a la caída de la producción de crudo saudí con una subida drástica de los precios del petróleo Brent, de 60 dólares por barril registrados el 13 de septiembre a más de 71 dólares por barril el 16 de septiembre, es decir, una subida del 15%.
En los últimos meses, las fuerzas del Ejército yemení, apoyadas por Ansarolá, han intensificado los ataques contra posiciones vitales de Arabia Saudí, y destruido importantes instalaciones en aeropuertos, centros militares y otros objetivos legítimos, en represalia a la agresión que Riad y sus aliados perpetran desde hace años contra Yemen.
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