La medida de EE.UU. enojó a los grupos defensores de derechos humanos, viendo en los vídeos a los niños que huyen del humo de gases lacrimógenos, lanzados desde el territorio estadounidense.
Además, el Ministerio mexicano de Relaciones Exteriores presentó nota diplomática al Gobierno estadounidense, solicitando “una investigación completa” sobre lo que describió como armas no letales dirigidas hacia territorio mexicano.
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