La subsecretaria de Estado estadounidense para el Control de Armas, Verificación y Cumplimiento, Yleem D.S. Poblete, ha catalogado este martes de “inquietante” en una conferencia de desarme de las Naciones Unidas la búsqueda por Moscú de armas espaciales avanzadas.
“La búsqueda rusa de capacidades de neutralización espacial es inquietante considerando el reciente patrón de comportamiento malicioso ruso”, ha dicho la funcionaria estadounidense.
En particular, Poblete ha llamado la atención sobre los planes del Kremlin para fabricar un sistema láser móvil destinado a destruir satélites en el espacio, y ha censurado el lanzamiento de un nuevo satélite de rastreo del espacio exterior que, según ella, está actuando de forma “anormal”.
Alexander Deyneko, alto diplomático ruso presente en la conferencia, celebrada en Ginebra (Suiza), ha expresado a su vez su rechazo a las declaraciones de la dignataria norteamericana, que ha tachado de “infundadas y difamatorias”, además de estar “basadas en sospechas o suposiciones”.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, aseguró en febrero pasado en un foro, también en Ginebra, que para Moscú evitar una carrera armamentística en el espacio exterior es una “prioridad”.
La búsqueda rusa de capacidades de neutralización espacial es inquietante considerando el reciente patrón de comportamiento malicioso ruso”, ha dicho la subsecretaria de Estado estadounidense para el Control de Armas, Verificación y Cumplimiento, Yleem D.S. Poblete.
En los últimos años, Estados Unidos, Rusia y China han impulsado sus capacidades militares en el espacio hasta el punto de que ya hay en marcha varios planes para destruir satélites rivales.
El general David L. Goldfein, jefe de personal de la Fuerza Aérea de EE.UU., avisó en febrero pasado de que “en cuestión de años” podría producirse una guerra espacial, y exigió al Departamento de Defensa (Pentágono) que pusiera en marcha un programa a fin de desarrollar lo necesario para esa eventualidad.
Posteriormente, en junio, Trump ordenó al Pentágono “crear la Fuerza Espacial, como sexta rama de las Fuerzas Armadas” estadounidenses. De ser implementado, el plan infringirá el tratado sobre el espacio ultraterrestre firmado en 1967 por más de cien países, incluido el mismo EE.UU., que prohíbe la militarización del espacio.
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