Estos son campos de concentración. Aquí es donde se viene llevando a cabo la limpieza étnica orquestada por Donald Trump y su Gobierno. Son niños inmigrantes, separados de sus padres y durmiendo en el suelo, enjaulados como perros.
Para la activista, Cari Casañas, no hay donde perderse: las imágenes de los niños y los testimonios de violaciones a los derechos humanos son más que suficientes como para erizarle el cuerpo a cualquier ser humano con un gramo de decencia.
Según la agencia de noticias británica Reuters, hasta la fecha más de 1800 familias fueron separadas por las autoridades migratorias del país, y es que bajo la justificación de ‘tolerancia cero’, las políticas racistas de exclusión continúan aterrorizando a las comunidades inmigrantes del país.
En adición, Trump no sólo desprecia a los inmigrantes indocumentados; también existen protocolos para deportar a cuántos inmigrantes legales sea posible, especialmente si son de color, a través de mecanismos de exclusión social y económica. Todo parece indicar que Estados Unidos retrocede a paso vertiginoso.
Marcelo Sánchez, Miami.
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