Según informó el miércoles el rotativo israelí Haaretz, la actual Administración estadounidense asegura que la negativa de Irán y Siria, junto a otros, a reconocer a Israel hace imposible cualquier discusión sobre la desnuclearización en Oriente Medio.
Del mismo modo, en el documento sobre la nueva política de Washington hacia el régimen de Tel Aviv al que ha tenido acceso Haaretz, Estados Unidos culpa a países como Irán y Siria por la actual situación en la región.
La Casa Blanca defiende la tenencia de armas nucleares por parte de Israel y, sorprendentemente, critica a países como Irán y Egipto por tratar de llevar el asunto del arsenal nuclear israelí a la agenda de organismos internacionales.
Washington apoya el programa de armas nucleares de Israel, mientras que este régimen no es signatario del Tratado de No Proliferación (TNP) y oculta su programa de armas nucleares al mundo, ante el silencio de su aliado Estados Unidos.
Israel esconde sus bombas nucleares en las instalaciones de Dimona, en el sur de los territorios ocupados palestinos, donde probó una bomba nuclear hace medio siglo sin enfrentarse a ningún tipo de críticas.
El programa nuclear israelí es un secreto a voces desde que, en 1986, un técnico descontento, identificado como Mordejái Vanunu, reveló la naturaleza de las instalaciones nucleares del régimen.
EE.UU., Francia, Alemania, el Reino Unido, e incluso Noruega, entre otros países, proporcionaron a Israel los materiales y la experiencia necesarios para desarrollar ojivas nucleares, lo cual contraviene la postura de estos mismos Estados que dicen oponerse a la proliferación nuclear en cualquier parte del mundo.
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