• El lugar de la nueva base de aviones y drones de Estados Unidos en Níger, donde ondea una bandera de EE.UU. y del país africano.
Publicada: martes, 24 de abril de 2018 6:43
Actualizada: martes, 24 de abril de 2018 18:27

Estados Unidos está construyendo en Níger una base aérea para sus aviones no tripulados (drones) armados, so pretexto de impedir la creciente amenaza de los grupos terroristas en la vasta región del Sahel, un cinturón de hasta 5400 km de ancho que atraviesa África desde el océano Atlántico hasta el mar Rojo.

La Base Aérea 201 de Níger, localizada a pocos kilómetros de Agadez (centro), albergará eventualmente aviones de combate y drones MQ-9, con capacidad de desempeñar actividades de vigilancia y de realizar ataques adicionales, lo que permitirá a EE.UU. llegar a varios países del oeste y el norte de África, según publicó el lunes la agencia estadounidense de noticias Associated Press (AP).

Este proyecto de unos 110 millones de dólares, que estará operativo a principios del próximo año, es el mayor proyecto de construcción de la historia de EE.UU. desde el punto de vista de la mano de obra. Además operar este centro costará 15 millones de dólares anuales, afirman funcionarios de la Fuerza Aérea del país norteamericano.

Ningún funcionario ha comentado cuántos aviones no tripulados se alojarán en la base ni la cantidad de personal estadounidense que se instalará en la región: la segunda mayor de África con presencia militar de EE.UU., solo por detrás de su base permanente en Yibutí, un pequeño país en el Cuerno de África.

Estamos preocupados por caer en la misma situación que vive Afganistán, o sea, sufrir los errores que cometen los soldados estadounidenses, que no siempre distinguen entre una ceremonia de boda y un entrenamiento de grupos terroristas”, alertó Amadou Roufai, un funcionario de la Administración nigerina.

 

Aunque las autoridades estadounidenses justifican que los drones desplegados se utilizarán en la lucha antiterrorista, en Níger existe la preocupación de que los civiles sean confundidos con los insurgentes, tal y como ya ha ocurrido en muchas ocasiones en Afganistán.

“Estamos preocupados por caer en la misma situación que vive Afganistán, o sea, sufrir los errores que cometen los soldados estadounidenses, que no siempre distinguen entre una ceremonia de boda y un entrenamiento de grupos terroristas”, denunció Amadou Roufai, un funcionario de la Administración nigerina.

Por su parte, el líder cívico Nouhou Mahamadou se mostró inquieto por la medida: “La presencia de bases extranjeras en general, y estadounidenses en particular, supone un serio sometimiento de nuestra soberanía y un serio ataque a la moral del Ejército nigerino”, denunció.

El grueso militar de EE.UU. en Níger, según afirma la fuente, ha aumentado en los últimos años de 100 a 800, con lo que se trata de la segunda concentración más grande en África, después de los cerca de 4000 uniformados de la base aérea estadounidense de Camp Lemonnier, en Yibuti, desde donde controlan gran parte del estratégico estrecho de Bab el-Mandeb.

EE.UU. nunca se ha lamentado ni ha pedido perdón por las masacres de civiles que han cometido sus fuerzas en los países extranjeros.

En un informe divulgado en 2016 por la inteligencia estadounidense, Washington reconoce que sus ataques selectivos con aviones no tripulados habían matado de entre 64 a 116 civiles en un total de 473 ataques en países que, oficialmente, no están en guerra con EE.UU., como, por ejemplo, Paquistán, Libia, Somalia y Yemen.

Esta cifra, que es muy inferior a la estimada por varios grupos de derechos humanos, excluye a los muertos de los ataques realizados en Irak, Siria y Afganistán, consideradas como zonas de guerra, según informó la oficina del Director Nacional de Inteligencia (DNI).

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