• Donald Trump, presidente electo de EE.UU., se dirige a sus partidarios durante durante la noche de las elecciones en New York Hilton Midtown, 9 de noviembre de 2016.
Publicada: lunes, 14 de noviembre de 2016 2:07

Con la elección de Donald Trump como presidente, EE.UU. pierde su capacidad de influencia en el mundo, un desarrollo que será casi imposible de revertir.

Shashi Tharoor, ex subsecretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y exministro indio, analiza el resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses que resultaron en la sorpresiva victoria del republicano Trump en un artículo publicado el viernes en el portal de artículos Project Syndicate.

El ‘poder blando’, o la capacidad de un país –u otro actor político– de lograr sus objetivos a través de la atracción y la persuasión, y no mediante el poder militar, surge de la cultura, valores políticos, y políticas exteriores que se consideran legítimas y con autoridad moral desde otros países, apunta el artículo.

La historia de EE.UU. contada en esta elección ha disminuido profundamente el poder blando que Estados Unidos evoca. El miedo superó la esperanza. A nuestros ojos, EE.UU. nunca será el mismo – y eso que el mandato de Trump ni siquiera ha comenzado” indica Shashi Tharoor, ex subsecretario general de la ONU.

El atractivo que estos valores puedan tener, y el estilo de vida estadounidense que supuestamente representan, es lo que permite a EE.UU. persuadir –en lugar de obligar– a los demás países que adopten su agenda, actuando así como una alternativa y un complemento al ‘poder duro’ (militar), argumenta.

El ascenso de Trump al poder, no obstante, ha destrozado esa imagen y ha expuesto y alentado las tendencias que el mundo no se asociaba con EE.UU.: la xenofobia, la misoginia, el pesimismo y el egoísmo.

El lugar en el que se prometía que cualquiera podía cumplir sus aspiraciones, según denuncian sus propios líderes políticos está en contra de sus ciudadanos, y el país que aconseja a los demás que confíen en la práctica de la democracia ha acabado eligiendo a un presidente que dijo que si perdía no podría no reconocer el resultado.

“La historia de EE.UU. contada en esta elección ha disminuido profundamente el poder blando que Estados Unidos evoca. El miedo superó la esperanza. A nuestros ojos, EE.UU. nunca será el mismo – y eso que el mandato de Trump ni siquiera ha comenzado” concluye Tharoor.

 

Analiza también cómo con la ‘guerra contra el terrorismo’ lanzada por EE.UU. después de los atentados del 11-S en EE.UU. –basada en el ‘poder duro’–, empezó entonces a disminuir fuertemente el poder blando del país estadounidense.

La invasión de Irak, la detención indefinida de sospechosos en la prisión de Guantánamo, los “sitios negros” de la Agencia de Inteligencia Central estadounidense (CIA, por sus siglas en inglés) y la muerte de civiles iraquíes a manos de contratistas de seguridad privados de EE.UU. no fue bien recibida por el público global y los medios mediante los que EE.UU. pretendía potenciar su poder blando eran inadecuados para compensar las deficiencias de su enfoque de poder duro, comenta.

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