“Aquellos del mundo con sentido común han advertido a Estados Unidos de que ha entrado en un juego peligroso con su acto terrorista [contra Soleimani], y debería esperar las severas consecuencias de su brutal e inhumana actuación”, dijo el domingo el portavoz jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, el general de brigada Abolfazl Shekarchi, en referencia al asesinato del comandante de la Fuerza Quds, del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), el teniente general Qasem Soleimani, en un ataque de EE.UU. en Bagdad, capital iraquí.
Shekarchi aseguró que la respuesta de la República Islámica al atentado terrorista de Washington será meditada y contundente a un tiempo.
Recordó el gran papel que desempeñó el teniente general Soleimani en Irak en la exitosa lucha contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), subrayando que su presencia en el país vecino como estratega y asesor militar fue totalmente legal y a petición del Gobierno de Bagdad.
O sea, al contrario que la presencia de las fuerzas ocupantes de EE.UU. en el país árabe, ha censurado Shekarchi, denunciando a su vez los esfuerzos de Washington para desestabilizar Irak con sus secuaces terroristas y robar los recursos naturales de ese país rico en petróleo.
La muerte de Soleimani generó un consenso contra Washington tanto en Irak como el país persa. Varios movimientos iraquíes consideran que el ataque del viernes “viola su soberanía”, por lo que han llamado a sus combatientes a “estar preparados” para una próxima batalla contra EE.UU.
El Parlamento iraquí aprobó a su vez el domingo una resolución, pidiendo la expulsión de las fuerzas militares norteamericanas que están desplegadas en su suelo.
Las autoridades iraníes advierten que el asesinato del destacado comandante persa supondrá el fin de la presencia de EE.UU. en la región y que el mundo islámico y el Eje de Resistencia le asestarán un duro golpe a Washington para vengar su crimen.
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