Corea del Sur completó el despliegue del sistema antimisiles THAAD (sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud) en su territorio con la instalación de cuatro interceptores de proyectiles adicionales con los que Seúl busca mejorar su defensa en caso de un ataque de Corea del Norte.
Las lanzaderas instaladas se sumaron a las dos ya situadas en el terreno, un antiguo campo de golf situado a 18 kilómetros al norte de la ciudad de Seongju, lugar en donde se produjeron enfrentamientos entre residentes y las fuerzas de seguridad desplegadas en la zona, que han dejado docenas de heridos.
Los residentes locales temen que su ciudad se convierta en un objetivo primario para los ataques de Pyongyang, así como por los efectos que sus radares tengan para la salud y sus cultivos. Además del rechazo local, países como China y Rusia protestan contra el THADD.
Por su parte, Moscú volvió a reiterar que la solución para la crisis norcoreana no son las sanciones y abogó por la vía del diálogo para resolver la crisis.
El despliegue completo de THAAD coincide con una fiesta multitudinaria organizada por Corea del Norte para homenajear a los científicos que trabajaron en el ensayo de una munición de hidrógeno para ser colocada en misiles balísticos intercontinentales.
Pyongyang dice que sus pruebas nucleares se realizan en respuesta a las provocaciones militares de Estados Unidos y sus aliados en la región.
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