El Observatorio de Ondas Gravitacionales con Interferómetro Láser (LIGO, por sus siglas en inglés) de la Fundación Nacional para la Ciencia de EE.UU. y el interferómetro Virgo, instalado en Europa, informó el 2 de mayo sobre el hallazgo.
El centro anunció que los expertos lograron registrar el 26 de abril ondas gravitacionales de una colisión entre dos titanes espaciales.
Los detectores funcionan recogiendo las diminutas ondas en la estructura del espacio y el tiempo que recorren el universo cuando dos objetos masivos chocan.
Los científicos intentan saber si la estrella resultó destrozada antes de ser consumida por el agujero negro o si simplemente se deslizó hacia él.
Es como escuchar a alguien susurrar una palabra en una cafetería ocupada: puede ser difícil distinguir la palabra o incluso estar seguro de si la persona susurró algo. Tomará algún tiempo llegar a una conclusión sobre esto”, explicó Patrick Brady, portavoz de LIGO y profesor de física en la Universidad de Wisconsin-Milwaukee (EE.UU.).
Si esta detección se confirma, podría arrojar luz sobre lo que sucede exactamente cuando las estrellas chocan contra agujeros negros, pero los astrónomos deben examinar minuciosamente todos los datos antes de poder confirmar el evento, ya que la señal de la posible colisión es “bastante débil”.
“Es como escuchar a alguien susurrar una palabra en una cafetería ocupada: puede ser difícil distinguir la palabra o incluso estar seguro de si la persona susurró algo. Tomará algún tiempo llegar a una conclusión sobre esto”, explicó el portavoz de LIGO y profesor de física en la Universidad de Wisconsin-Milwaukee (EE.UU.), Patrick Brady.
La ubicación del posible choque se ha reducido a aproximadamente el 3 % del cielo, a unos 1300 millones de años luz de distancia. Astrónomos de diferentes países ahora centran sus observaciones en esa área del espacio en un intento por recopilar más información.
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