“Creemos que cualquier acción del Consejo de Seguridad debe conducir a la desnuclearización de la península (de Corea) y a la solución pacífica de esa cuestión a través del diálogo y la negociación por cauces diplomáticos”, ha declarado este viernes una portavoz del Ministerio chino de Exteriores, Hua Chunying.
Según fuentes diplomáticas, el nuevo proyecto de resolución de Washington, que se votará a las 13:00, hora local (18.00 GMT), propone recortar aún más el acceso de Corea del Norte a productos petroleros y ordenaría la repatriación de los norcoreanos que trabajan fuera de su país.
Tradicionalmente, Estados Unidos y China negocian primero las sanciones a Corea del Norte en las Naciones Unidas y sólo cuando llegan a un acuerdo presentan el texto al resto de miembros, pero la portavoz china no ha detallado en su rueda de prensa si hay algún consenso con Washington.
Sin hacer alusión directa al borrador, Hua ha asegurado que el Gobierno de Pekín mantendrá una “actitud positiva” y cooperará con “diversas partes de forma constructiva” para crear de inmediato condiciones que faciliten resolver la crisis de la península.
Creemos que cualquier acción del Consejo de Seguridad debe conducir a la desnuclearización de la península (de Corea) y a la solución pacífica de esa cuestión a través del diálogo y la negociación por cauces diplomáticos”, ha informado una portavoz del Ministerio chino de Exteriores, Hua Chunying.
Sin embargo, la portavoz no ha aclarado si China asistirá a la cumbre de ministros de Asuntos Exteriores sobre Corea del Norte prevista para el 16 de enero próximo en Vancouver (Canadá).
La propuesta de nuevas sanciones se presenta al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) después de que Pyongyang probara el pasado 28 de noviembre un misil balístico intercontinental Hwasong-15 que cayó cerca del territorio japonés.
Hasta el momento, el Consejo de Seguridad ha impuesto ocho rondas de sanciones al país asiático: las últimas se adoptaron el 5 de agosto y el 11 de septiembre con el impulso de EE.UU., después de que Pyongyang llevara a cabo ensayos nucleares y balísticos y anunciara que el territorio continental estadounidense ya estaba al alcance de sus misiles.
Corea del Norte rechaza enérgicamente los embargos, insistiendo en que su programa de misiles y nuclear es defensivo, pues Estados Unidos y sus aliados regionales no dejan de realizar ejercicios militares en la península y son una amenaza para su existencia
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