“Todos saben que Al-Nuyaba y su secretario general Akram Abás al-Kabi siempre son una espina en los ojos de Estados Unidos y sus aliados árabes y occidentales”, dijo el lunes el jefe de la dirección política del partido Sociedad de Acción Islámica de Baréin, Rashed al-Rashed.
El político bareiní afirmó que los miembros del Movimiento Hezbolá Al-Nuyaba están luchando junto con otros grupos de resistencia iraquíes para expulsar a los invasores estadounidenses, británicos y occidentales, por lo que no es raro que sean objetos de sanciones de Washington.
El 5 de marzo, el Departamento del Tesoro de EE.UU. anunció sanciones contra Al-Nuyaba y su secretario general, acusando al grupo de terrorismo con falsos pretextos. Tras condenar las sanciones de EE.UU. contra el movimiento iraquí, Al-Rashed afirmó que el Gobierno estadounidense “es el último Estado que puede hablar sobre terrorismo”.
Todos saben que el Movimiento Hezbolá Al-Nuyaba y su secretario general Akram Abás al-Kabi siempre son una espina en los ojos de Estados Unidos y sus aliados árabes y occidentales”, dijo el jefe de la dirección política del partido Sociedad de Acción Islámica de Baréin, Rashed al-Rashed.
Según el jefe de la dirección política del partido Sociedad de Acción Islámica de Baréin, el Movimiento Hezbolá Al-Nuyaba es un movimiento que lucha contra el wahabismo y el terrorismo, apoyados por Washington y logró frustrar los planes del régimen de Israel y otros regímenes que buscaban crear un “Nuevo Oriente Medio”, cambiando la mapa de la región mediante derrocar gobiernos en la zona.
Al-Nuyaba, cuenta con cerca de 10 000 combatientes y, en contraposición a las acusaciones de EE.UU., ha desempeñado un papel crucial en la lucha contra el flagelo del terrorismo en Siria e Irak.
Las milicias de la Resistencia desempeñaron un rol determinante en la derrota del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe). De hecho, el Gobierno de Bagdad ha alabado la contribución de los combatientes de dichos grupos en la lucha antiterrorista.
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