Dirigiéndose el sábado a manifestantes en Tel Aviv, Ami Ayalon, exjefe de la agencia de espionaje interna del régimen israelí, Shin Bet, instó a los colonos a “salir a las calles” para organizar una “revuelta no violenta”, afirmando que la “desobediencia” se había convertido en un “deber” ante la persecución de los manifestantes por parte del régimen.
Ayalon afirmó que el primer ministro Benjamín Netanyahu estaba utilizando el Shin Bet y a otras agencias “para vigilar a quienes desean protestar”.
Estas declaraciones surgen después de que el actual jefe del Shin Bet, Ronen Bar, criticara a Netanyahu por intentar usar la agencia para monitorear a los manifestantes.
De hecho, recientemente, Bar reveló que Netanyahu intentó utilizar el Shin Bet contra activistas opositores.
El gabinete de Netanyahu votó por unanimidad a favor de destituir al jefe del Shin Bet, lo que desencadenó protestas masivas en toda Palestina ocupada para exigir la renuncia del primer ministro. El tribunal supremo dictaminó que Bar “continuará ejerciendo sus funciones hasta que se dicte una decisión posterior”.
El gabinete de Netanyahu enfrenta crecientes protestas debido a sus políticas, incluido su empeño en mantener su guerra genocida contra la Franja de Gaza en lugar de alcanzar un acuerdo que permita la liberación de numerosos retenidos israelíes.
Cada semana, manifestaciones de miles de personas se concentran en la carretera Begin de la ciudad de Tel Aviv como muestra de disidencia unificada.
Miles de personas se reunieron el sábado por la noche en manifestaciones en todo Israel para protestar contra el gabinete Netanyahu y pedir un acuerdo que permita el regreso de los 59 retenidos restantes y ponga fin a la guerra en la Franja de Gaza.
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