“El régimen saudí no es legítimo porque es un sistema que depende de fuerzas externas y cuyas fortaleza y soberanía no emanan del entorno político del país”, expresó el jueves el secretario general del Partido Islámico de Umma, Abdullah al-Salim, en una entrevista con el portal al-Khaleej Online News.
Al-Salim añadió que desde la creación del aludido régimen (en 1932), por el Reino Unido, ha contado con el apoyo del Occidente en varias etapas de su historia, no obstante, tras el descubrimiento del petróleo han sido las administraciones estadounidenses las que le han respaldado.
El líder de la oposición enfatizó que la monarquía de los Al Saud “debería ser eliminada por todos los medios pacíficos disponibles dentro del marco adoptado por el partido”.
Subrayó que el régimen ha estado cometiendo errores contra el pueblo desde su establecimiento, argumentando que la decisión de las autoridades saudíes de recurrir a los mercenarios franceses para reprimir un levantamiento contra los Al Saud en la Gran Mezquita de La Meca (la Mezquita Al-Haram), en 1979 atestigua su fracaso en todos los niveles.
Arabia Saudí ha intensificado los arrestos, enjuiciamientos y condenas por motivos políticos de escritores, disidentes pacíficos y defensores de los derechos humanos, en particular en la provincia oriental, predominantemente chií y rica en petróleo, e incluso ha multiplicado las ejecuciones desde que Muhamad bin Salman Al Saud fue nombrado príncipe heredero en 2017.
Tales acciones de Arabia Saudí han provocado protestas, que han enfrentado una violenta represión.
Organizaciones pro derechos humanos como Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional (AI) han denunciado en reiteradas ocasiones el aumento exponencial de la represión, las detenciones y las penas de cárcel contra activistas a los que, además, se somete a brutales torturas, agresiones sexuales incluidas.
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