Agnes Callamard, relatora especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que encabeza las investigaciones sobre el asesinato de Khashoggi, ha afirmado este jueves en un comunicado que tiene “pruebas” de que el asesinato del columnista de The Washington Post fue ordenado por funcionarios saudíes.
Además, ha denunciado la falta de cooperación de las autoridades de Riad que, amparándose en la inmunidad diplomática, han “socavado seriamente” los esfuerzos de las autoridades turcas para esclarecer la muerte del periodista en el consulado de Arabia Saudí en Estambul (Turquía).
“Las pruebas recopiladas durante mi misión a Turquía muestran que el señor Khashoggi fue víctima de un asesinato brutal y premeditado, planeado y perpetrado por funcionarios de Arabia Saudí”, ha notificado la experta de las Naciones Unidas.
Las pruebas recopiladas durante mi misión a Turquía muestran que el señor Khashoggi fue víctima de un asesinato brutal y premeditado, planeado y perpetrado por funcionarios de Arabia Saudí”, ha informado la relatora especial de la ONU, Agnes Callamard.
Callamard ha asegurado haber tenido acceso a parte del “escalofriante y horrible material de audio” de la muerte de Khashoggi, obtenido por los servicios secretos turcos.
En otra parte del informe, la relatora de la ONU ha detallado que “el tiempo y el acceso –al consulado– que se les dio a los investigadores turcos para llevar a cabo el examen y la investigación de la escena del crimen fueron lamentablemente inadecuados según los requerimientos internacionales”.
Khashoggi, un crítico de la monarquía saudí, fue degollado el 2 de octubre y su desaparición provocó duras críticas de la comunidad internacional contra el régimen saudí, que confirmó el asesinato más de diez días después de su desaparición, una tardanza considerada por Callamard como un acto de “inmunidad para la impunidad”.
Después de surgir evidencias de que el asesinato fue cometido por un equipo de saudíes enviado desde Riad, las fuentes policiales turcas no descartaron que la orden directa para segar la vida de Khashoggi hubiera venido del príncipe heredero saudí responsable también de la agresión a Yemen, y del “secuestro” del premier libanés, Saad Hariri, en 2017.
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