• El líder del movimiento popular Ansarolá de Yemen, Seyed Abdulmalik Badreddin al-Houthi, ofrece un discurso televisado, 2 de febrero de 2025.
Publicada: martes, 11 de febrero de 2025 13:38
Actualizada: martes, 11 de febrero de 2025 17:28

Ansarolá afirmó que la salida de los marines estadounidenses de Saná representa un logro significativo para el pueblo yemení.

En su discurso televisivo el martes, el líder del movimiento popular yemení Ansarolá, Seyed Abdulmalik Badreddin Al-Houthi, subrayó que “el húmingo retiro de los marines estadounidenses de Saná ha sido una gran bendición de Dios, una victoria grandiosa y un logro importante para el pueblo yemení”. Asimismo, ha expresado su gratitud a Dios por haber concedido a la nación yemení este “gran triunfo”.

El líder de Ansarolá ha afirmado que “la salida de los marines estadounidenses de Saná ha sido una de las grandes conquistas de la Revolución del 21 de septiembre”, y ha señalado que este acontecimiento representa “el fracaso del proyecto estadounidense de ejercer un dominio total sobre nuestro país y todas las consecuencias que ello conlleva”.

En referencia a la influencia extranjera, Al-Houthi ha enfatizado que “no puede existir la dignidad de un pueblo creyente junto con el dominio estadounidense sobre él y su intervención en todos sus asuntos”. En este sentido, ha manifestado que “la liberación del control estadounidense preserva la dignidad humana de nuestro querido pueblo, su libertad, su independencia y también su honra basada en la fe”.

El líder yemení también ha resaltado que “ningún pueblo en el mundo puede considerarse libre mientras Estados Unidos ejerza control sobre él en todos sus asuntos”. Ha insistido en que la salida de las fuerzas estadounidenses de Saná es un paso fundamental para la autodeterminación del país y la preservación de su identidad.

 

Al-Houthi ha hecho un llamamiento a la nación yemení para mantener los valores religiosos, éticos y humanos que la caracterizan, y ha aseverado que “no es digno de nuestro querido pueblo que en Saná haya un grupo de criminales estadounidenses con todo lo que representan en términos de incredulidad, criminalidad, odio, perversión y corrupción”.

Denuncia las intenciones de control de Estados Unidos sobre Yemen

Al-Houthi, ha advertido sobre las ambiciones de Estados Unidos en Yemen y ha señalado que la presencia estadounidense en el país ha sido un intento de dominación total sobre sus recursos y su soberanía.

También ha señalado que existen evidencias del afán estadounidense por el control, citando las declaraciones del expresidente Donald Trump como una muestra de la codicia de Estados Unidos, no solo en países islámicos, sino en otras regiones del mundo.

El líder yemení ha expresado que "Estados Unidos tiene un deseo insaciable de apoderarse de los países, buscando siempre obtener la mayor parte de sus riquezas e intereses". Asimismo, ha indicado que "la verdadera estrategia de Estados Unidos se basa en el dominio con avaricia y odio, utilizando cualquier método o plan para alcanzar este objetivo".

Al-Houthi ha criticado a quienes consideran a Estados Unidos como un socio confiable para el progreso, señalando que "quienes ven a los estadounidenses como benefactores y aliados para lograr intereses y ganancias están equivocados y tienen una visión ingenua y errónea".

El líder de Ansarolá ha enfatizado que "trabajar para liberarse del control estadounidense sobre nuestro país ha sido una necesidad en todos los aspectos". Ha denunciado que "Estados Unidos ha buscado imponer un dominio absoluto sobre Yemen en su propio beneficio, lo que ha resultado en perjuicios y pérdidas totales para nuestro querido pueblo".

Asimismo, ha manifestado que "si la presencia estadounidense en Saná hubiera continuado, sus bases se habrían expandido por todos los puntos estratégicos de Yemen" y ha subrayado que "Estados Unidos trabajó para debilitar la fuerza militar de nuestro país mientras reforzaba su propio control a través de bases militares".

En 11 febrero 2015, los marines de EE.UU. entregaron las armas que les quedaban a los yemeníes en el aeropuerto de la capital, Saná, antes de embarcar en un avión comercial para abandonar el país tras el cierre de la embajada estadounidense, según informó el Pentágono.

El Pentágono indicó en aquel  fecha que los marines destruyeron las armas pesadas del arsenal de su embajada, incluidas ametralladoras, antes de partir hacia el aeropuerto, pero permanecieron armados con armas más pequeñas hasta el final para garantizar una salida segura de Yemen.

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