Publicada: jueves, 24 de abril de 2025 6:03
Actualizada: jueves, 24 de abril de 2025 6:35

El bloqueo de ayuda humanitaria a la devastada Franja de Gaza por el régimen de Israel ha llevado a los palestinos al borde del abismo.

Por: Maryam Qarehgozlou

El régimen israelí ha estado bloqueando ayuda humanitaria crítica, especialmente alimentos, a la devastada Franja de Gaza durante más de 52 días, marcando el bloqueo de ayuda más prolongado desde el inicio de la guerra genocida hace más de 18 meses.

La privación de recursos esenciales en el territorio palestino sitiado —que ha derivado en catastróficas carencias de alimentos, agua potable, refugio y suministros médicos— ha agravado la ya desesperada crisis humanitaria, según lo han denunciado múltiples organizaciones de ayuda y derechos humanos locales e internacionales.

Mientras que los bombardeos indiscriminados de Israel sobre Gaza ya han cobrado la vida de más de 51 000 palestinos, los más de 2.3 millones de habitantes del estrecho enclave enfrentan ahora una amenaza aún mayor: una hambruna inminente que podría causar la muerte masiva de la población entera, siendo los grupos más vulnerables —como los niños y los ancianos— los más expuestos.

La semana pasada, pediatras del Complejo Médico Nasser, uno de los pocos hospitales que aún funcionan en el sur de Gaza, lanzaron alarmas sobre el peligro de muerte que enfrentan los recién nacidos, debido principalmente a la grave escasez de alimentos para bebés y medicamentos causada por el bloqueo israelí.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) reportó un alarmante aumento del 80 % en los casos de desnutrición aguda infantil entre febrero y marzo, con 3696 niños ingresados recientemente para recibir tratamiento.

“El consumo de alimentos en Gaza se ha deteriorado drásticamente debido al bloqueo de la entrada de ayuda humanitaria y otros suministros críticos, ahora en su séptima semana”, informó OCHA en un comunicado.

El Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA) se ha visto obligado a cerrar todas las panaderías que operaba en la Franja debido a la escasez extrema de combustible y harina, dejando a la mayoría de los residentes dependiendo de una sola comida diaria proporcionada por cocinas gestionadas por la ONU.

Un niño pasa frente a una panadería cerrada que se quedó sin harina en la Ciudad de Gaza, 1 de abril de 2025. (Foto: AFP)

 

La mayoría de la población de Gaza hoy no tiene acceso a alimentos frescos —como carne, productos lácteos, huevos, vegetales o frutas—, lo que los empuja al umbral de la desnutrición.

Palestinos, agencias de ayuda y organizaciones de derechos humanos advierten que Israel está utilizando bombardeos y el hambre como herramientas para forzar el desplazamiento de la población, una estrategia que recuerda a la polémica propuesta del expresidente estadounidense, Donald Trump, que abogaba por el traslado forzoso de los gazatíes a países árabes vecinos.

Durante una rueda de prensa conjunta con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a inicios de febrero, el exmagnate inmobiliario convertido en presidente afirmó que “tomaría control” y “sería dueño” de la Franja de Gaza, insinuando un desplazamiento permanente de los palestinos de su territorio devastado por la guerra.

Respaldado por EE.UU., su aliado más firme bajo la administración Trump, Israel confía en poder mantener el sitio con una resistencia internacional mínima, según expertos.

Cronología de la instrumentalización de la ayuda por parte de Israel

Durante los 565 días que lleva la devastadora guerra en la Franja de Gaza, Israel ha utilizado sistemáticamente la comida y la ayuda humanitaria como armas para ejercer presión colectiva sobre la población palestina.

El 9 de octubre de 2023, apenas dos días después del inicio de la ofensiva, el régimen sionista anunció un “bloqueo total” sobre Gaza, deteniendo efectivamente la entrada de alimentos, agua, medicinas, combustible y electricidad.

Palestinos inspeccionan los escombros de un edificio después de que fuera impactado por un bombardeo aéreo israelí, en la Ciudad de Gaza, 8 de octubre de 2023. (Foto: AP)

 

En aquel entonces, el entonces ministro de asuntos militares, Yoav Gallant, se refirió a los palestinos como “animales humanos” y ordenó un “asedio completo”, deshumanizando a toda la población de Gaza.

Aunque la presión internacional obligó posteriormente a Israel a permitir la entrada de algunos camiones de ayuda, la ONU y organizaciones humanitarias denunciaron que la cantidad era muy inferior a lo necesario para una población mayoritariamente joven.

Una tregua temporal alcanzada entre Israel y Hamás a finales de noviembre de 2023 permitió un leve aumento de la entrada de ayuda, aunque todavía insuficiente.

Además, el ejército israelí llevó a cabo numerosos ataques genocidas contra convoyes de ayuda, alegando atacar a “terroristas” sin presentar pruebas. En estos ataques, numerosos palestinos que esperaban recibir alimentos fueron asesinados impunemente.

El 29 de febrero de 2024, las fuerzas israelíes abrieron fuego contra palestinos que esperaban ayuda alimentaria al suroeste de Ciudad de Gaza, matando al menos a 112 personas y dejando más de 750 heridas, en lo que ha sido denominado la “masacre de la harina”.

Dolientes en el hospital Al-Shifa de la Ciudad de Gaza, donde se encuentran los cuerpos de los palestinos asesinados durante la masacre de la harina. (Foto: AFP)

 

Según la UNRWA, la guerra ha provocado un “colapso total del orden civil” en Gaza. Las condiciones extremas generadas por la ofensiva terrestre israelí y la destrucción generalizada han provocado ataques y saqueos a convoyes humanitarios.

Vídeos desde puestos de control en Cisjordania ocupada muestran a colonos israelíes ilegales bloqueando camiones de ayuda destinados a Gaza, lanzando paquetes de comida a la carretera, rasgando bolsas de grano e incluso incendiando vehículos.

En mayo de 2024, docenas de colonos fueron grabados en videos virales en el puesto de control de Tarqumiya, al oeste de Al-Jalil (Hebrón), saqueando camiones cargados de ayuda proveniente de Jordania, con cajas de alimentos abiertas y esparcidas por la carretera. Fue el tercer incidente similar en ese mes.

Colonos israelíes destruyeron ayuda humanitaria tomada de camiones destinados a Gaza en el puesto de control de Tarqumiya, al oeste de Hebrón, 13 de mayo de 2024. (Foto vía X)

 

Además, los múltiples ataques aéreos israelíes que han alcanzado convoyes humanitarios y causado la muerte de cientos de trabajadores humanitarios han obligado a muchas organizaciones internacionales a suspender o cesar definitivamente su asistencia.

El 1 de abril de 2024, un convoy de World Central Kitchen fue atacado intencionalmente por drones israelíes, provocando la muerte de seis cooperantes internacionales y un conductor palestino.

Durante el invierno, cuando las temperaturas cayeron, la entrada de ayuda fue severamente restringida. Simultáneamente, Israel impuso un asedio masivo al norte de Gaza, declarando la zona como “campo de batalla” y ordenando evacuaciones forzosas a cientos de miles de personas.

En enero, el régimen israelí se vio obligado a aceptar un alto el fuego con el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) tras no lograr ninguno de sus objetivos bélicos, incluida la eliminación del grupo de Resistencia gazatí.

El cese al fuego permitió una mayor entrada de ayuda, pero las organizaciones señalaron que ese nivel de asistencia debía mantenerse a largo plazo para restaurar algo de normalidad.

El 2 de marzo, por segunda vez desde que comenzó la guerra, Israel impuso una suspensión total de la ayuda humanitaria. Esa orden sigue vigente hasta hoy.

Este último bloqueo se produjo poco antes de que Israel violara el alto el fuego de dos meses y reanudara sus ataques aéreos y terrestres, lo que provocó la muerte de cientos de palestinos más y dejó a miles heridos.

 Una mujer palestina se sienta sobre los escombros de su casa, destruida en un ataque israelí, en el campamento de refugiados Nuseirat, en el centro de Gaza, 18 de marzo de 2025. (Foto: AFP)

“Sin acuerdo, sin alto el fuego, sin ayuda”

Desde el inicio de la devastadora guerra, la ONU, diversas agencias internacionales y trabajadores humanitarios han denunciado repetidamente que las autoridades israelíes obstruyen de forma deliberada numerosos camiones de ayuda destinados a Gaza.

El hambre se ha convertido en una política abiertamente declarada por altos funcionarios israelíes. Figuras clave del régimen, como los ministros Bezalel Smotrich e Itamar Ben-Gvir, han defendido reiteradamente el bloqueo total de toda ayuda humanitaria y la ocupación militar de Gaza, prefiriendo esta opción sobre cualquier posible cese al fuego.

A principios de este mes, Smotrich afirmó que continuaría con el bloqueo absoluto de la ayuda hacia la Franja de Gaza.

Durante una conferencia organizada por el medio israelí Yedioth Ahronoth, declaró: “No entrará ni un grano de trigo a Gaza”.

La semana pasada, Ben-Gvir publicó en X que se debía impedir “que entre un gramo de comida o ayuda” en Gaza, mientras Tel Aviv continuaba su sangrienta ofensiva.

En otra publicación posterior, fue aún más tajante: no habría acuerdo de cese al fuego con Hamás ni entrada de ayuda humanitaria hasta que dicho grupo fuera derrotado.

“Sin acuerdo, sin alto el fuego, sin ayuda; solo combate continuo hasta que [Hamás] sea derrotado en Gaza”, escribió.

El miércoles, el ministro de defensa israelí Israel Katz describió el bloqueo como una “palanca principal de presión” para forzar la rendición de Hamás.

“Nadie está planeando permitir el ingreso de ayuda humanitaria en Gaza, ni hay preparativos para facilitar dicha ayuda”, dijo Katz.

Niños palestinos cargan ollas mientras hacen fila para recibir comida cocinada por una cocina benéfica, en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, 14 de diciembre de 2023. (Foto: Reuters)

 

HAMAS respondió a las declaraciones de Katz calificándolas como “una admisión pública de un crimen de guerra”.

Israel “está privando a civiles inocentes de necesidades básicas de vida —alimentos, medicina, agua y combustible— por séptima semana consecutiva”, denunció el grupo en un comunicado publicado en Telegram el jueves.

“Reiteramos nuestro llamado a la comunidad internacional para que actúe de inmediato y ponga fin al bloqueo y la hambruna impuesta a la Franja de Gaza”, añadió.

El lunes, el exembajador del presidente Trump ante el régimen israelí, Mike Huckabee —un ferviente sionista cristiano—, expresó públicamente su apoyo al bloqueo de ayuda de Israel en una declaración en video.

Huckabee sostuvo que Israel está justificado en cortar el suministro de ayuda a 2.3 millones de palestinos para “presionar a Hamás” a liberar a 24 rehenes israelíes retenidos en Gaza, la mayoría de ellos soldados del ejército israelí.

El “Plan de los Generales”

Algunos funcionarios de la ocupación israelí han reconocido abiertamente que el objetivo de provocar hambre entre los gazatíes es forzar su desplazamiento fuera del territorio, una estrategia que organizaciones de derechos humanos han calificado como intento de limpieza étnica.

Tanto palestinos como la ONU y organizaciones de ayuda temen que el régimen israelí esté implementando gradualmente aspectos de una táctica conocida como el “Plan de los Generales”, diseñada para vaciar Gaza.

Este plan fue propuesto inicialmente por un grupo de oficiales israelíes retirados, liderados por el general retirado Giora Eiland.

El núcleo del plan consiste en que Israel puede forzar a HAMAS y a sus líderes a rendirse intensificando la presión sobre toda la población del norte de Gaza, incluyendo la utilización del hambre como arma.

Familias obligadas a huir de Jan Yunis tras las órdenes de evacuación emitidas por las autoridades israelíes en el sur de la Franja de Gaza, 22 de julio de 2024. (Foto: UNRWA)

 

Giora Eiland, general retirado y autor del llamado Plan de los Generales, declaró que HAMAS tendría que “rendirse o morir de hambre”, y agregó que “no será necesario” que el ejército israelí mate a todos en el norte de Gaza, ya que “la gente no podrá vivir allí. El agua se agotará”.

Desde octubre de 2024, el ejército israelí ha comenzado a implementar elementos de este plan, especialmente durante el asedio al norte de Gaza. Esta estrategia se alinea con la propuesta del expresidente Donald Trump de “apoderarse de Gaza”.

Los desplazamientos forzosos no son nuevos para los palestinos. En 1948, al menos 750 000 palestinos fueron expulsados de sus hogares y aldeas por fuerzas sionistas para permitir la creación del Estado de Israel en territorios palestinos ocupados.

“Legitimación del hambre”

A finales de marzo, el llamado tribunal supremo de Israel desestimó por unanimidad una petición presentada por varias organizaciones de derechos humanos que solicitaban la reanudación de la entrega de ayuda humanitaria a Gaza.

El Monitor Euromediterráneo de Derechos Humanos (Euro-Med) denunció el 28 de marzo que esta decisión constituye “un componente crucial de un sistema colonial funcional”, diseñado para perpetuar el crimen de genocidio contra el pueblo de Gaza y legitimar el bloqueo ilegal.

Niños palestinos cargan ollas mientras hacen fila para recibir comida cocinada por una cocina benéfica en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, 14 de diciembre de 2023. (Foto: Reuters) 

 

“El fallo de ayer (jueves 27 de marzo) demuestra una vez más que el poder judicial israelí —que jamás ha sido una herramienta de justicia para los palestinos— forma parte de un sistema donde todas las instituciones del Estado actúan coordinadamente: el gabinete, el ejército, la fiscalía militar, los tribunales y los medios”, indicó el comunicado.

La declaración enfatizó además que todas estas instituciones violan de manera flagrante las normas legales y humanitarias internacionales al cometer crímenes contra los palestinos, coordinar sus actividades en apoyo de dichos crímenes y/o proporcionar una falsa cobertura legal.

“La campaña de hambre más rápida”

Según el Estatuto de Roma, que rige la Corte Penal Internacional (CPI), provocar intencionadamente el hambre de una población durante un conflicto armado constituye un crimen de guerra.

En marzo de 2024, la Corte Internacional de Justicia (CIJ), máximo tribunal de la ONU, dictaminó que Israel debe garantizar la entrega de ayuda esencial —incluidos alimentos, agua, combustible y medicamentos— a Gaza.

Israel ha ignorado sistemáticamente esta orden legalmente vinculante, alegando sin pruebas que Hamás se apropia de la ayuda.

Como resultado, 2.3 millones de personas —más de la mitad de ellas niños— han sido privadas de asistencia vital.

Después de meses de prolongadas deliberaciones, la Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de arresto en noviembre de 2024 contra Gallant y Netanyahu por cargos que incluyen el “crimen de guerra de la inanición como método de guerra”.

Un médico revisa a Jana Ayad, una niña palestina desnutrida, mientras recibe tratamiento en el hospital de campaña del Cuerpo Médico Internacional en Deir al-Balah, en el sur de la Franja de Gaza,  22 de junio de 2024. (Foto: Reuters)

 

Desde los primeros días de la guerra genocida, las organizaciones internacionales de ayuda han estado lanzando alarmas sobre las graves consecuencias humanitarias del bloqueo, una crisis que se ha visto aún más agravada por la reanudación de la guerra en Gaza el mes pasado.

Según residentes, médicos y trabajadores humanitarios, Gaza ha caído en nuevas profundidades de desesperación debido al bloqueo militar israelí sin precedentes, que ahora entra en su octava semana.

Michael Fakhri, relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, advirtió que Israel está ejecutando “la campaña de hambre más rápida de la historia moderna”.

En una conferencia de prensa conjunta junto a otros relatores especiales de la ONU en Ginebra, Fakhri preguntó: “¿Cómo es que Israel ha logrado matar de hambre a 2.3 millones de personas tan rápidamente y de manera tan completa?”.

“Esta es la campaña de inanición más rápida en la historia moderna”, afirmó Fakhri.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunció el 31 de marzo que sus suministros de ayuda a Gaza se han agotado por completo. El cierre de los cruces ha imposibilitado los esfuerzos de reabastecimiento, lo que ha llevado a consecuencias catastróficas, según el PMA.

Los precios actuales del mercado en Gaza se han disparado un 1,400% por encima de los niveles del alto el fuego, según la última evaluación de la Organización Mundial de la Salud.

Philippe Lazzarini, el jefe de la UNRWA, condenó la “armamentización ilegal de la ayuda humanitaria” por parte de Israel la semana pasada, destacando la exacerbación de la ya “infernal” situación en la Franja de Gaza tras el colapso del alto el fuego.

“En lo que respecta a la distribución de ayuda humanitaria, ya no queda ayuda humanitaria para distribuir, y el cruce ha estado sellado durante un mes, por lo que la asistencia dentro de la Franja de Gaza se ha agotado casi por completo”, recalcó.

Younis Joma, un niño palestino desnutrido, recibe tratamiento en el hospital Nasser en Khan Younis, en el sur de la Franja de Gaza, 8 de julio de 2024. (Foto: Reuters)

 

En una actualización del lunes pasado, la OCHA indicó que la situación humanitaria en Gaza es la peor que ha sido desde el inicio de la guerra, en medio de la detención de suministros esenciales hacia el territorio sitiado por parte de Israel.

“La situación humanitaria en Gaza probablemente es la peor que ha sido en los 18 meses desde el brote de las hostilidades”, afirmó la agencia de la ONU, refiriéndose a los crímenes genocidas cometidos por Israel.

“Un ataque deliberado contra la supervivencia”

Según una advertencia urgente de los líderes de 12 importantes grupos de ayuda en Gaza, el cerco total y los bombardeos de la Franja de Gaza por parte de Israel han dejado a los niños palestinos luchando por sobrevivir con menos de una comida al día.

La declaración conjunta, publicada el jueves, destacó que el sistema de ayuda humanitaria en Gaza está al borde de un “colapso total” después de 18 meses de agresión israelí y la imposición de un bloqueo completo el mes pasado.

Se estima que el 95 por ciento de los 43 grupos de ayuda internacionales y palestinos han suspendido o reducido sus servicios en Gaza, ya que “los bombardeos generalizados e indiscriminados hacen extremadamente peligroso moverse”, añadió la declaración.

Bushra Khalidi, responsable de políticas del grupo de ayuda Oxfam, enfatizó que “los niños están comiendo menos de una comida al día y luchando por encontrar su próxima comida”.

Además, señaló que “todos están comiendo únicamente alimentos enlatados” y que “la desnutrición y los focos de hambruna definitivamente están ocurriendo en Gaza”.

Niños palestinos esperan en filas mientras World Central Kitchen (WCK) distribuye comidas cocinadas a leña debido a una crisis de combustible en curso, mientras el ejército israelí continúa bloqueando la entrada de ayuda humanitaria en Gaza el 16 de marzo de 2025 en Jan Yunis, Gaza. (Foto: Getty Images)
 

Amande Bazerolle, coordinadora de emergencias en Gaza para Médicos Sin Fronteras, afirmó que los trabajadores humanitarios se han visto obligados a presenciar cómo las personas, muchas de ellas mujeres y niños, sufren y mueren mientras soportan “la carga imposible de proporcionar ayuda con suministros agotados”.

“Esto no es un fracaso humanitario, es una decisión política, y un ataque deliberado a la capacidad de un pueblo de sobrevivir, llevado a cabo con total impunidad”, dijo.

“La hambruna en Gaza ya es una realidad”

El Dr. Muneer Alboursh, director general del Ministerio de Salud de Gaza, declaró el lunes que los niños mueren no solo por los bombardeos, sino por el hambre y enfermedades sin tratar.

Informó que 53 menores han muerto por desnutrición. Contó el caso reciente de un niño en Deir al-Balah que falleció por falta de leche terapéutica.

“Un niño murió ayer por hambre y enfermedad preexistente, porque no tenía leche especializada”, remarcó.

“Todos están pálidos. Incluso los donantes de sangre están anémicos”, indicó.

Alboursh advirtió de un inminente colapso social, con consecuencias particularmente graves para mujeres embarazadas, niños y pacientes renales. “Esta es una realidad peligrosa y urgente”, puntualizó.

En un comunicado del martes, HAMAS calificó el asedio como “un fracaso internacional injustificable”, señalando que la situación empuja a toda la población hacia la hambruna y el colapso sanitario total.

En una declaración publicada el martes, el movimiento de Resistencia palestina HAMAS condenó enérgicamente el asedio a Gaza como un “fracaso internacional injustificable.”

“Esta situación está empujando a toda la población al borde de la hambruna y a una espiral de desastre sanitario, agravada por masacres diarias contra civiles inocentes en barrios, refugios y tiendas de campaña, junto con la destrucción sistemática de hospitales e instalaciones civiles,” decía el comunicado.

El movimiento con sede en Gaza subrayó que el uso del hambre como arma es “una acción premeditada por parte de los líderes de la ocupación criminal.”

Euro-Med, con sede en Ginebra, también advirtió el viernes que “el riesgo de hambruna en Gaza se ha convertido en una realidad más que en una simple amenaza”.

“Esta es una táctica de guerra: Destruir los sistemas alimentarios. Bombardear centros de ayuda. Bloquear el socorro. Dejar morir de hambre a la población. Los efectos más devastadores recaen sobre las mujeres y los niños”, precisó.

“Esta crisis está alcanzando un punto de no retorno”, advirtió el grupo de derechos humanos.


Texto recogido de un artículo publicado en Press TV.