El viernes, el Ejército yemení volvió a lanzar dos misiles tácticos modelo Quds, doce aviones no tripulados (drones) tipo Samad-3, y un misil de medio alcance modelo Zolfaqar, todo de fabricación propia, contra la compañía petrolera saudí Aramco.
Al respecto, el portavoz de Ansarolá, Muhamad Abdel Salam, reiteró la misma jornada que los ataques del Ejército yemení son una “repuesta natural y legítima” a las constantes agresiones y el bloqueo del régimen de los Al Saud contra Yemen.
“La operación de apuntar contra la profundidad del territorio de los agresores saudíes y el bombardeo de Aramco (…) se enmarca dentro de la respuesta natural y legítima a la continuación de la agresión y el asedio” de Riad, insistió, a través de un mensaje en su cuenta en la red social Twitter.
El vocero yemení reprobó, además, el brutal ataque aéreo perpetrado la semana pasada por Arabia Saudí en el distrito de Al-Maslub, en la provincia norteña yemení de Al-Yauf, una agresión que provocó la muerte de al menos 35 personas —entre ellas 26 niños— y dejó heridas a otras 23, incluidos 18 menores.
Ante tales crímenes que cometen a diario Riad y sus aliados, Abdel Salam aseguró que el pueblo yemení no renunciará a su derecho de responder y no permitirá al enemigo derramar su sangre sin pagar el precio.
Debido a los recientes avances del Ejército y el movimiento popular Ansarolá de Yemen en su defensa ante las agresiones de Arabia Saudí, varios analistas destacan que Riad ahora busca terminar la guerra que declaró a su vecino sureño sin que se note demasiado su fracaso.
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