Las fuerzas yemeníes han efectuado ataques con aviones no tripulados (drones) contra el aeropuerto internacional de Abha, sito en la ciudad homónima, capital de la provincia fronteriza de Asir, y también contra el aeródromo de la provincia de Jizan, en el sureste del reino árabe, según informa la cadena yemení Al Masirah.
“Los ataques a los aeropuertos de Abha y Jizan [en suelo saudí] fueron en respuesta a los crímenes cometidos por la llamada coalición [liderada por Arabia Saudí] contra la nación yemení”, ha dicho este martes el portavoz de las Fuerzas Armadas de Yemen, el general Yahya Sari.
Tras recordar que los aeropuertos y las bases militares saudíes son blancos, el portavoz ha advertido que las fuerzas yemeníes no detendrán sus ataques de represalia hasta que los saudíes pongan fin al asedio contra el país más pobre del mundo árabe, y por tanto llama a los civiles a mantenerse alejados de los aeropuertos y centros militares.
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Los ataques a los aeropuertos de Abha y Jizan [en suelo saudí] fueron en respuesta a los crímenes cometidos por la llamada coalición [liderada por Arabia Saudí] contra la nación yemení”, dice el portavoz de las Fuerzas Armadas de Yemen, el general Yahya Sari.
Últimamente, las fuerzas yemeníes han intensificado sus ataques de represalia contra centros militares y aeropuertos saudíes y advertido que se producirán “grandes sorpresas” en las próximas jornadas si la dinastía que reina en Arabia Saudí y sus aliados no cesan los bombardeos ni los bloqueos aéreo y naval a Yemen.
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La campaña militar saudí contra Yemen, iniciada en 2015, cuenta con el apoyo de EE.UU. y otros aliados occidentales que proporcionan todo tipo de armamentos a Arabia Saudí y a sus aliados, incluso armas prohibidas.
La campaña saudí de bombardeos ha causado más de 91 000 muertes en Yemen. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) calcula que, si la guerra no se detiene, la cifra de víctimas mortales llegará a 500 000 para finales del año 2020.
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