Miles de ciudadanos yemeníes de todo el país acuden a la plaza de Al-Sabin en Saná, la capital, con el objetivo de mostrar su pleno apoyo a las Fuerzas Armadas y comités populares combatientes contra la agresión del régimen de los Al Saud (la familia reinante de Arabia Saudí).
Además de la capital, las provincias de Saada, Taiz, Ibb, Al-Bayda, Al-Yawf y Wadi Rima también están siendo testigos de marchas masivas en esta ocasión.
Los participantes en las marchas portan banderas de la República de Yemen, fotos del líder del movimiento popular de Yemen (Ansarolá), Abdulmalik al-Houthi, así como imágenes que muestran los crímenes cometidos por Arabia Saudí y sus aliados en el país más pobre del mundo árabe.
Durante la marcha, los yemeníes corean consignas contra EE.UU. y el régimen de Israel por su apoyo a la guerra impuesta a Yemen, que hoy cumplió su cuarto año.
Con esta manifestación, los participantes renuevan su determinación de mantenerse firmes y continuar haciendo frente a la agresión saudí para reivindicar toda la sangre que se ha derramado injustamente desde el comienzo de la ofensiva a la sombra de un vergonzoso silencio de la comunidad internacional.
Desde el 26 de marzo de 2015, el régimen saudí y sus aliados, incluidos EE.UU., el Reino Unido y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), cometen en Yemen crímenes de guerra de forma diaria, utilizando todo tipo de armas, con el objetivo de restaurar en el poder al expresidente fugitivo yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi, y hacer frente al movimiento popular Ansarolá.
Los ataques saudíes, en muchas ocasiones perpetrados con aeronaves y bombas fabricados en Estados Unidos, han dejado más de 60 000 yemeníes muertos, de acuerdo a Datos sobre Localización y Acontecimientos de Conflictos Armados (Acled, por sus siglas en inglés).
Pese a todo esto, EE.UU. y sus aliados europeos como el Reino Unido han aprovechado la oportunidad para cerrar multimillonarios acuerdos armamentísticos con el régimen de Riad.
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