En una videoconferencia realizada este sábado el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha insistido en que su país “seguirá los esfuerzos y las operaciones militares” hasta asegurarse “la estabilidad” a lo largo de las fronteras comunes con su vecino del sur, Siria.
Erdogan, obviando los crímenes que han cometido las fuerzas turcas y sus mercenarios en suelo sirio, dice Ankara ha mostrado a los “hermanos y hermanas sirias” que ellos “no están solos”.
“Mientras Turquía frustraba intentos para establecer un corredor terrorista en las fronteras, también ha mostrado a nuestros hermanos y hermanas sirios que ellos no están solos”, ha proclamado el mandatario en un acto para inaugurar proyectos civiles en la provincia de Hatay, en el sur de Turquía, fronteriza con Siria.
Hatay, de acuerdo con Erdogan, ha sufrido más que cualquier otra provincia turca durante el conflicto sirio, que comenzó en marzo de 2011. De igual modo, ha insistido en que Ankara “nunca” aceptará acciones que terminen en otra tragedia humana en la provincia de Idlib (noroeste).
Turquía ha lanzado, hasta la fecha, tres operaciones militares en Siria. La primera, denominada 'Escudo del Éufrates' en 2016, acabó con la vida de casi 250 civiles y dejó más de mil heridos, según confirmó el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) La segunda, denominada 'Rama de Oliva' en 2018, acabó con la vida de otros 420 sirios, según el OSDH.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) informó en octubre de 2019 del desplazamiento de unos 100 000 sirios en los primeros tres días de la tercera operación militar turca en este país árabe, llamada 'Fuente de Paz'.
El presidente sirio, Bashar al-Asad, que rechaza la buena fe de Ankara, explicó en noviembre del mismo año que Turquía busca trasladar “a las milicias y a los terroristas”, que fueron derrocados por el Ejército sirio en la lucha antiterrorista, junto con sus familias, al norte del país para “crear una nueva comunidad extremista”.
La Turquía de Erdogan, de hecho, llegó de una política exterior basada en la premisa “cero problemas con los vecinos” y ahora aplica una consistente en no hay ningún vecino con el que no tenga problemas. Semejante giro político, que pasó de lazos pacíficos y amistosos con los vecinos a intervenciones militares o no militares, directas o indirectas, en Siria, Irak y Libia, recuerda la teoría de la “vuelta a la era otomana”.
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