A través de su portavoz, Hami Aksoy, la Cancillería turca ha acusado este domingo a Armenia de iniciar el conflicto en Nagorno Karabaj y de matar a civiles en la mencionada zona.
“Ankara apoya firme y plenamente la postura de Bakú. Turquía brindará asistencia a Azerbaiyán en la forma en que la parte azerbaiyana necesite”, ha afirmado el vocero del Ministerio turco de Asuntos Exteriores.
Al mismo tiempo, el diplomático ha dicho que Ankara condena, en duros términos, las medidas del Ejército armenio, las cuales “constituyen una flagrante violación del derecho internacional”.
Conforme ha denunciado Aksoy, Armenia ha demostrado, una vez más, que es el mayor obstáculo en el camino hacia la paz y la estabilidad en Nagorno Karabaj —escenario de enemistades entre Azerbaiyán y Armenia desde el inicio del conflicto Nagorno Karabaj en 1988—.
De hecho, en 1988, este enclave decidió independizarse de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán con el apoyo del Gobierno de Armenia. En 1994, un alto el fuego puso fin al conflicto bélico —con un saldo de 30 000 muertos—, pero no resolvió el problema, por lo que, desde entonces, es frecuente que se registren escaramuzas en la frontera.
Este mismo domingo y tras una serie de incidentes en dicha región, Arayik Harutyunyan, presidente de la República de Nagorno Karabaj, ha declarado el estado de guerra y la movilización general para todos los varones mayores de 18 años.
Según las declaraciones de las cúpulas militares de los dos países, ambos bandos ya han perdido varios equipos. La parte azerbaiyana asevera que hay muertos entre la población civil, sin precisar su número exacto.
Azerbaiyán también ha anunciado que sus fuerzas ya se han hecho con el control de siete pueblos que se hallaban en poder de Armenia en Fuzuli y Yebrail.
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