Si bien la situación política interna en cada uno de los países es diferente, Michael Shifter, expresidente del grupo de expertos Diálogo Interamericano, en una entrevista concedida a la cadena catarí de noticias Al Jazeera, ha comentado al respecto y ha afirmado que las recientes medidas de los países latinoamericanos contra Israel tienen sentido.
Chile
“Chile tiene la población palestina más grande de América Latina, por lo que creo que es un electorado político importante en Chile”, ha asegurado Shifter.
El martes, el presidente chileno, Gabriel Boric, llamó a consultas a su embajador en las tierras ocupadas, Jorge Carvajal, por “inaceptables violaciones” humanitarias hechas por el ejército israelí en la asediada Franja de Gaza.
Boric condenó enérgicamente los actos de Israel y mostró “gran preocupación” por los ataques de este régimen a la población civil en Gaza y, denunció que las atrocidades israelíes “no respetan normas fundamentales del derecho internacional, como lo demuestran las más de 8000 víctimas civiles, en su mayoría mujeres y niños”.
Bolivia y Colombia
En otra parte de sus declaraciones, Shifter se ha referido a la posición de Bolivia y Colombia sobre la guerra israelí contra la asediada Franja de Gaza, y ha subrayado que “el presidente boliviano Luis Arce y [el presidente colombiano] Gustavo Petro tienen un electorado que ciertamente se solidariza y simpatiza con la causa del pueblo palestino”.
Mientras Colombia llama a consultas a su embajadora en los territorios ocupados, Bolivia ha ido más lejos y decidió poner a sus relaciones diplomáticas con el régimen de Israel.
Más países se unen contra Israel en América Latina
Ha concluido que no le va a sorprender que otros Estados latinos tomen medidas similares contra el régimen de Israel por sus crímenes en la asediada Franja de Gaza.
En la misma jornada del miércoles, la Cancillería argentina condenó el bombardeo del régimen de Israel al campo de refugiados palestino Yabalia, que dejó el martes más de 400 víctimas entre muertos y heridos.
Llamó también al régimen de Israel a “detener inmediatamente los ataques dirigidos contra la infraestructura civil, en especial la destinada a garantizar la provisión de servicios esenciales en la Franja de Gaza, incluidos hospitales, plantas desalinizadoras de agua y centros destinados a acoger refugiados”.
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