Un equipo de investigación creado por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) publicó el lunes un segundo informe que señalaba que la Fuerza Aérea de Siria había utilizado el 4 de febrero de 2018 gas sarín o cloro en la estratégica ciudad de Saraqib, sita en la provincia de Idlib (noroeste). Damasco rechazó rotundamente el reporte “fabricado” y “engañoso” de este ente internacional.
En un encuentro con un grupo de embajadores y misiones diplomáticos en Damasco, capital siria, Al-Miqdad indicó que “Siria y muchos otros países han reconocido que los Estados que apoyan y financian a los grupos terroristas en Siria, con Estados Unidos, Francia, Alemania y el Reino Unido a la cabeza, usarán el archivo químico sirio y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas para alcanzar sus objetivos hostiles en el país árabe”.
El jefe de la Diplomacia siria, citado el jueves por la agencia local oficial de noticias, SANA, destacó que los países occidentales y los llamados cascos blancos “inventan escenarios del uso de armas químicas en este país para echar la culpa al Gobierno del presidente Bashar al-Asad.
Precisamente, estos países han creado el llamado equipo de investigación e identificación para “fabricar informes” que sirven “objetivos hostiles” contra Siria, repudió.
Al respecto, Al-Miqdad recordó “informes fabricados” de la OPAQ sobre supuestos ataques químicos en las ciudades de Al-Latamna, en la provincia de Hama (centro-oeste), en 2017 y Saraqib en 2018, cuyas “falsas conclusiones” representan “otro escándalo” para la organización.
El canciller hizo hincapié en que Damasco ha cumplido con todas las obligaciones de las convenciones sobre armas químicas, “pese a las condiciones difíciles” en que se encontraba.
En este sentido, el portal WikiLeaks anunció en 2019 que una carta interna de la OPAQ revelaba la distorsión de los resultados en su informe sobre el supuesto ataque químico en Siria.
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