Según confirmaron el lunes fuentes locales al Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), las fracciones sirias, apoyadas por Ankara, siguen reprimiendo a “los restantes” residentes en la ciudad de Afrin, sita en la provincia de Alepo, y los campos adyacentes, al detenerlos arbitrariamente, secuestrarlos y pedir rescates para liberarlos.
Como ejemplo, los lugareños consultados recuerdan que las fuerzas respaldadas por Ankara detuvieron a más de diez hombres de la aldea de Anqalah, los llevaron a “un lugar desconocido” y “pidieron a sus familias un rescate de 10 000 dólares para liberar a cada uno de ellos”.
Nadie explica a los detenidos, que son en su mayoría los kurdos, los motivos de su detención, que, de hecho, no hay ninguno. Todo tipo de violaciones a los derechos humanos se realiza en la zona kurda para cumplir con “un cambio demográfico” planeado desde Ankara en esta región kurdo-siria, según destaca el ente opositor sirio con sede en el Reino Unido.
El OSDH, asimismo, averiguó que los rebeldes sirios obligan a los residentes de tres aldeas en la zona para pagar de forma mensual 1000 libras sirias por persona.
El nuevo paso de los rebeldes sirios revelado por el OSDH es un eslabón más de los crímenes y brutalidades que cometen contra sus propios compatriotas.
El ente pro derechos humanos informó el 10 de diciembre, que las fuerzas proturcas obligan a los ciudadanos kurdo-sirios en Ras Al-Ain, en la provincia de Al-Hasaka (noreste), a firmar contratos para ceder sus casas y abandonar la zona. Además, esclavizan a los ciudadanos obligándolos a trabajar en campos de algodón que habían robado a las familias kurdas, entre otras minorías sirias.
Turquía inició en octubre una gran operación militar contra los combatientes kurdos, sin la autorización del Gobierno de Damasco. Al respecto, la agencia siria oficial de noticias, SANA, ha revelado que para atacar a los kurdos, hay una cooperación con los integrantes de la banda terrorista EIIL (Daesh, en árabe).
El presidente sirio, Bashar al-Asad, indicó el 14 de noviembre que el “verdadero” objetivo de Ankara es trasladar “a las milicias y a los terroristas”, que fueron derrocados por el Ejército sirio en la lucha antiterrorista, junto con sus familias al noreste de Siria para “crear una nueva comunidad extremista” tal y como desea el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Al respecto, Michel Kilo, un opositor sirio, reveló en septiembre que el nuevo plan saudí-estadounidense se centra en fortalecer a las tribus árabes en el norte y el este de Siria para reemplazar a los kurdos.
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