De acuerdo con el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), los combatientes kurdos (pehsmerga) han conseguido liberar este miércoles esos pueblos tras un operativo de diez días contra los miembros del grupo takfirí EIIL (Daesh, en árabe).
Los takfiríes mantienen aun retenidos a más de 200 asirios, la mayoría de ellos, secuestrados a finales de febrero en las incursiones lanzadas por sediciosos en localidades a lo largo del río Jabur, cerca de Al-Hasaka (noroeste de Siria).
Miles de asirios abandonaron sus hogares y ahora no pueden volver “porque tienen miedo de que el EIIL, antes de huir hubiera colocado trampas explosivas en sus casas”, ha explicado el director de la red asiria de los derechos humanos con sede en Suecia, Osama Edward.
La mayoría de los 120.000 asirios, que habitaban en Al-Hasaka antes del inicio del conflicto sirio en marzo de 2011, ha huido de Siria por la violencia provocada por los ataques de grupos terroristas.
La crisis siria cumple ya cuatro años y algunos países occidentales y sus aliados regionales no cejan de avivar las llamas del conflicto, armando y financiando a los terroristas. Las secuelas, particularmente la falta de seguridad, son palpables en el país árabe y, por extensión, en toda la región, ya que el EIIL también opera en Irak.
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