Unas uñas quebradizas pueden ser el resultado del envejecimiento, la exposición a productos de limpieza o una infección por hongos. En casos raros, pueden ser también indicación de una artritis.
En cuanto a las posibles causas de las uñas amarillas, podrían ser infecciones micóticas (hongos), diabetes mellitus o linfedema, también conocida como obstrucción linfática (hinchazón crónica, generalmente de las piernas).
Unas uñas entre verdes y negras indican una infección bacteriana que suele ocurrir debajo de las uñas sueltas. Las uñas azuladas o moradas pueden indicar falta de oxígeno, mientras que las uñas grises pueden estar provocadas por ciertos medicamentos.
Las uñas sueltas pueden ser síntoma de alguna infección o lesión, reacción alérgica a los alimentos, enfermedad de la tiroides o mala circulación. Por último, unas uñas crecidas hacia afuera (o uñas de cuchara) pueden significar alguna deficiencia de nutrientes y ser síntoma de anemia o una sobreproducción de hierro por parte del hígado.
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