EE.UU. “se ha convertido en rehén de sus propios modelos inventados: por un lado, el aislamiento a Rusia que realmente buscaba aplicar y que fracasó obviamente, y por otro, la congelación unilateral de la cooperación en todos los campos, dejando un solo canal: la comunicación entre las Cancillerías”, así se expresó la diplomática rusa en una entrevista con el diario local Komsomolskaya Pravda publicada este martes.
EE.UU. se ha convertido en rehén de sus propios modelos inventados: por un lado, el aislamiento a Rusia que realmente buscaba aplicar y que fracasó obviamente, y por otro, la congelación unilateral de la cooperación en todos los campos, dejando un solo canal: la comunicación entre las Cancillerías”, afirmó la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova.
Zajárova habló de “muchos asuntos que requieren de una solución”, para luego lamentarse de que ya no existen “los canales por los que anteriormente se resolvían los asuntos”.

Según la funcionaria rusa, Washington ya ha “comenzado a entender que su estrategia” por la que ha estado buscando dañar a Rusia no conducirá a nada y se le convirtió en un callejón sin salida.
“Es imposible hablar de aislamiento de un país que al mismo tiempo reconoces como un actor clave en un gran número de cuestiones internacionales”, puntualizó.
De hecho, “las ambiciones internas” de EE.UU. no le dejan tener “una mirada sobria a la situación”, se lamentó.
En otra parte de sus declaraciones, Zajárova se refirió a críticas lanzadas desde EE.UU. a las operaciones aéreas rusas contra objetivos del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en Siria.
En este contexto, rechazó los comentarios del comandante supremo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el general estadounidense Philip Breedlove, que señaló que el apoyo militar de Moscú a Damasco busca distraer la atención de la crisis ucraniana iniciada hace más de un año y medio.
“Todos los días hablamos de lo que está sucediendo en Ucrania. Sus problemas son nuestros problemas (…) la resolución de esta situación nos interesa más que a nadie”, recalcó.
EE.UU. y Rusia, cuyas relaciones ya se enfriaron drásticamente por la crisis en Ucrania, mantienen posturas contrapuestas sobre los conflictos en Siria; mientras Washington insiste en la salida del presidente sirio, Bashar al-Asad y apoya a varios grupos armados con tal de lograr este objetivo, Moscú enfatiza que el destino del mandatario sirio sólo puede ser decidido por el pueblo sirio sin ninguna intervención extranjera.
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