“Con el telón de fondo de las derrotas del régimen de Kiev, sus patrocinadores occidentales apuestan por la máxima escalada de la guerra híbrida desatada contra Rusia, tratando de alcanzar el ilusorio objetivo de ‘infligir una derrota estratégica a Moscú’. Sin embargo, ningún ‘arma milagrosa’ por la que rezan [Vlodímir] Zelenski y sus secuaces puede influir en el curso de la operación especial militar”, enfatizó el lunes la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova.
Con estas palabras la diplomática rusa reaccionó a los polémicos informes de que el saliente presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habría autorizado por primera vez a Ucrania atacar objetivos en lo más profundo del territorio ruso con misiles de largo alcance suministrados por Washington.
Zajárova matizó que esa controvertida decisión “significaría la implicación directa de EE.UU. y sus satélites en las hostilidades contra Rusia, así como un cambio radical en la esencia y naturaleza del conflicto” iniciado en febrero de 2022.
Citó una advertencia hecha anteriormente por el presidente ruso, Vladímir Putin, de que, si Occidente autoriza a Kiev usar sus misiles de largo alcance para atacar el interior del territorio ruso, eso significaría la implicación directa de los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el conflicto con Rusia. Zajárova alertó que Rusia daría una respuesta “adecuada y tangible” a tal acción de Occidente
“No se trata de permitir o no al régimen ucraniano que ataque a Rusia con esas armas. Se trata de decidir si los países de la OTAN deben o no implicarse directamente en el conflicto militar”, explicó entonces Putin.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, por su parte, alertó que una decisión tal significaría “echar más leña al fuego” en el conflicto de Ucrania, y dijo que Washington y sus aliados sufrirían las repercusiones de tal acción.
Durante meses, la Casa Blanca ha rechazado la solicitud de armas de Ucrania debido al riesgo de una escalada que podría llevar a Estados Unidos y otros miembros de la OTAN a un conflicto directo con Rusia.
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