“Vamos a ayudar al pueblo ucraniano a liberarse del régimen que tan absolutamente contrario al pueblo y contrario a la historia”, ha manifestado este domingo el canciller ruso, Serguéi Lavrov.
En declaraciones ofrecidas durante un acto en la capital egipcia, El Cairo, el titular ha expresado que Rusia “lo siente por el pueblo ucraniano” que merece “algo mucho mejor”.
En este marco, ha sostenido que la historia ucraniana se ha derrumbado “ante nuestros ojos”, para luego lamentar que “la propaganda del régimen de Kiev” y sus aliados, los que buscan convertir a Ucrania en “enemiga eterna de Rusia”, haya dejado víctimas.
El pasado abril, el canciller ruso había afirmado que Moscú nunca reconocerá a un gobierno que mata a su propio pueblo, refiriéndose al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y su gente.
Es más, en mayo también Lavrov urgió a Zelenski a ordenar a los neonazis ucranianos a detener la violencia contra los civiles a fin de propiciar las circunstancias para la paz. “Ahora, Zelenski también puede traer la paz, si deja de dar órdenes criminales a sus batallones neonazis, les obliga a dejar ir a todos los civiles y cesa la resistencia”, resaltó.
Esto ocurrió, mientras que, tras el lanzamiento de la operación rusa en Ucrania, el Kremlin una y otra vez ha asegurado que su misión es lograr la “desmilitarización” y la “desnazificación” total de su vecino con el fin de “garantizar la seguridad de la población” civil, asi como asegurar que “de Ucrania no lleguen amenazas a la Federación Rusa”.
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