El Ministerio ruso de Defensa ha mostrado este sábado imágenes de la destrucción de un cuartel general de Ucrania, situado en la ciudad oriental de Járkov, y ha informado que la operación tuvo lugar el jueves y se utilizó un sistema de misiles Iskander.
En ese ataque fueron eliminados “más de 100 nacionalistas y mercenarios de los países occidentales”, ha confirmado el portavoz de la Cartera rusa, Ígor Konashénkov, durante una sesión informativa sobre los últimos avances de la operación militar que ejecuta Rusia en Ucrania desde el 24 de febrero.
El vocero ha dicho que la aviación operativa y táctica del Ejército ruso logró ese mismo jueves destruir 28 instalaciones militares ucranianas, incluidos dos depósitos de armas y municiones de artillería y cohetes, así como 23 zonas del despliegue de equipos militares del país vecino.
Konashénkov ha puesto de relieve que las fuerzas rusas han empleado la tarde del mismo sábado misiles de alta precisión para destruir vehículos blindados, municiones y tanques de combustible enviados para reforzar la agrupación de tropas ucranianas en la región del Donbás (este) en el área de las estaciones de ferrocarril de Lozovaya (región de Járkov) y Pavlograd (centro este de Ucrania).
Desde el inicio de sus operaciones militares en Ucrania, Moscú ha destruido 125 aviones, 88 helicópteros, 381 aviones no tripulados (drones), 1888 tanques y otros vehículos blindados, 205 lanzacohetes múltiples, 793 obuses y morteros, así como 1771 vehículos militares especiales, ha indicado el portavoz ruso.
Rusia ha destacado que su operación está avanzando “según lo planeado”. No obstante, ha dejado claro que no busca ocupar Ucrania, sino “desmilitarizar” y “desnazificar” el país europeo, así como evitar que EE.UU. y otros Estados lo conviertan en una base antirrusa.
Además, el Gobierno de Moscú ha asegurado que no hay amenaza alguna para la población civil y que sus ataques solo apuntan la infraestructura militar de su vecino.
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