“Tenemos claro el contenido de la política estadounidense hacia Ucrania. Esta política no contempla influir en el Gobierno de Kiev para que Ucrania cumpla, aunque sea mínimamente los acuerdos de Minsk”, ha censurado este martes el vicecanciller ruso, Serguéi Riabkov.
El diplomático ruso ha criticado también el firme apoyo que el presidente de EE.UU., Joe Biden, expresó el lunes durante una conversación telefónica a su homólogo ucraniano Volodímir Zelenski, y ha dicho que este tipo de mensaje conlleva el “elemento inevitable de los intentos ucraniano-estadounidenses de exhibir un elevado nivel de entendimiento”.
Riabkov ha denunciado que Moscú no ve nada nuevo en la postura de EE.UU. para arreglar el conflicto en Ucrania a través de los acuerdos de Minsk, firmados en febrero de 2015.
“Rusia no es parte del conjunto de medidas aprobadas en Minsk (...). La esencia del problema radica en que Kiev se niega a entablar un diálogo directo con Lugansk y Donetsk”, ha dejado claro el vicecanciller ruso.
Desde abril de 2014, Ucrania lleva a cabo una operación contra los independentistas en el este de su territorio, donde se proclamaron las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk.
En febrero de 2015, el Ejército ucraniano y los independentistas de Donetsk y Lugansk acordaron un alto al fuego; no obstante, la tensión en esta zona se ha vuelto a disparar entre las partes, que se acusan mutuamente de romper la tregua.
Mientras tanto, en plena escalada, Kiev trata de achacar a Moscú el conflicto en esta zona de su territorio, acusándole de movilizar tropas para una posible ofensiva. Empero, las autoridades rusas rechazan dichas imputaciones, argumentando que la crisis ucraniana comenzó cuando las tropas de Kiev lanzaron una operación militar contra las milicias del este de Donbás y acusan al Occidente, encabezado por EE.UU., de incitar a Kiev a iniciar un nuevo conflicto con los separatistas y desestabilizar las fronteras rusas.
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